La lucha del Movimiento Obrero Tradicionalista se desarrolló
tanto a nivel teórico, como al de alternativas prácticas. Entre estas segundas
destacan la creación de Cooperativas, como la de Viviendas CEVA y la de Producción CIAT, en Zaragoza en 1965; o la de Cooperativas de
servicios en Alicante en 1966, o la Agrícola de San Carlos en Barcelona en el año 1968, entre otras. También se crearon asesorías jurídicas y cursos formativos para obreros por toda España.
A nivel teórico, el M.O.T desarrolló una importante labor de
propaganda y formación obrera, tanto en sus revistas periódicas como Vanguardia
Obrera Tradicionalista, Lucha Obrera de Cataluña (M.O.T-Cataluña) o
Información-M.O.T (Alicante), como en manifiestos, octavillas, cuadernos y documentos editados por toda España.
Se realizaron numerosos cursillos formativos: Bilbao, Jerez
de la Frontera, Manresa, Pamplona, Elda, Zaragoza etc. En el Cursillo Nacional
de Elda (Alicante) de 1966, asistieron 128 representantes de 39 provincias.
Hubo tanto Congresos Nacionales, como territoriales, con una importante
elaboración doctrinal.
El 24 de marzo de 1965, se producían las primeras detenciones
y procesamientos en el TOP (Tribunal de Orden Público) contra militantes del M.O.T, acusados de propaganda ilícita. Fue en
la ciudad de Zaragoza.
De todo este trabajo teórico podemos resaltar los principales
puntos del ideario de los M.O.T.
Para el M.O.T el sindicato ha de ser:
“1-Libre, es decir independiente de cualquier intromisión o
tutela por parte de organismos que son ajenos a el, ya sean el Estado, los
partidos políticos o cualquier grupo capitalista de presión.
2-Único por rama de producción.
3-Democrático. El sindicato se organiza de abajo a arriba,
siendo los mismos sindicatos, los que
elijan libremente a sus líderes.
4.Horizontal. En el mundo capitalista el sindicato auténtico
es un sindicato de lucha, es decir sólo de trabajadores. La presencia del capitalismo dentro de los sindicatos, en
lo que consiste la verticalidad, falsea la misión del sindicato. Este es el
sindicato que corresponde a esta etapa de transición hasta que se llegue a la
reforma de la empresa.
5.Órgano de representación política. Los trabajadores debemos
participar en la vida política del país, siendo el medio más eficaz el
Sindicato. El Sindicalismo ha de estar presente en los Ayuntamientos, Cortes y
en los Órganos de Planificación Económica.
Se añadía además:
“Un sindicalismo libre, democrático y profesional ha de
constituir la primera fuerza política de un país. Negar al sindicato funciones
representativas, como en las democracias liberales, equivale a cortarles las
alas, impedirle el acceso a ese mundo de la política, donde se toman las
decisiones que han de fertilizar la vida
comunitaria”
Y sus fines los siguientes:
“1.Representar los intereses de los trabajadores
2.Reforma de la
empresa, superando la propiedad capitalista
3.Control de la
seguridad social, evitando que esté en manos del Estado o del Capitalismo.
4.Creación de una Banca Sindical. Como cauce de ahorro de los trabajadores.
5.Conseguir la municipalización del suelo urbano para impedir la especulación urbanística.
6.Promoción Obrera: profesional, académica, cultural e informativa.
7.Transformación de la Sociedad. El sindicalismo pugnará por
sustituir la riqueza, como factor vertebrado de la sociedad, por el trabajo.
Otros puntos del pensamiento de los M.O.T son el rechazo al principio de lucha de clases y al internacionalismo, auspiciados ambos por los sindicatos marxistas.
En el “Manifiesto del M.O.T a los Hombres del Trabajo” de
1964, se decía:
“Los hombres no se resignan a formas impuestas y buscan, en
la revolución, lo que no les dan las mal llamadas democracias. Se está abriendo
paso una nueva época en lo económico y como consecuencia en lo social y en lo
político. Esta renovación, que ha de hacerse por ley inexorable de la Historia,
por imperio de la necesidad, solo podrá ser de dos formas: marxista o
cristiana. Por el odio y la lucha de clases, o por el amor y la lucha por la
superación en la justicia, la libertad y la verdad” (...)
“Sin Patria nada es. Un hecho evidente es la caída de los
nacionalismos, pero no el de Patria. En ella nacemos. De ella vivimos. Y por
ella somos. Nos da el fondo, el estilo y un peso histórico que no podemos
arrojar, si no queremos morir como pueblo, si no queremos perder perspectiva y
misión. No creemos en los internacionalismos cuando va implícita la pérdida de
algo tan serio y sagrado como es la Patria”
Sobre este último punto en el breve cursillo de formación de dirigentes
M.O.T, se leía:
“los trabajadores forman una gran familia internacional. Esto
no quiere decir que no tengan Patria, como dice el marxismo (…) esto conviene
resaltarlo cuando el capitalismo hace mucho tiempo que opera a escala
internacional y éste si que no tiene patria”.
El M.O.T también defendió el derecho a la huelga como arma de lucha sindical, separándose, así, de todos los "amarillismos" sindicales.
“Esta afirmación, del derecho a la huelga, de un Movimiento
Obrero que se titula Tradicionalista puede parecer chocante para quienes
desconocen toda la esencia de la Tradición. El fundamento doctrinal está
clarísimo en la doctrina de nuestros teólogos del siglo XVI cuando exponían las
tesis de la licitud de la resistencia al mal gobernante. No tenemos más que
trasladar esta doctrina del plano político al social y los principios continúan
manteniendo toda su validez. El sistema capitalista no deja resquicio jurídico
alguno para que las reivindicaciones populares puedan prosperar. La Ley
garantiza la explotación capitalista y el trabajador solo puede invocar
principios de justicia no legales. Y el actual sistema judicial se ve frenado por el legalismo
burgués. De ahí la licitud de la huelga como arma del Sindicalismo para
conseguir sus objetivos, porque el capitalismo no va a ceder de buen grado por
la simple vía del diálogo.” (El M.O.T de Cataluña y la reforma sindical, 1968)
Sobre el Sindicalismo y el Poder Político, los M.O.T también
marcaron su postura:
“El Sindicalismo es una fuerza al servicio de la Justicia,
dentro de la libertad. Por ello, el espíritu sindical se complace en el
incremento constante de instituciones autónomas y comunitarias, en cuya opción
los hombres puedan cotidianamente ejercitar su libertad. La lucha sindical
acarreará la desaparición del actual Estado centralista. Pero siempre ha de
existir un poder político, representante del Bien Común, al que debe sumisión
el Sindicalismo, ¿Cuál es la naturaleza de las relaciones entre el Poder
Político y el Sindicato? Existe una palabra del vocabulario tradicionalista que
lo expresa maravillosamente: El Fuero. Si, el Fuero Sindical. El Estado debe
respetar toda la vida interna del Sindicato, sin intromisiones de ninguna
clase; la actuación exterior del Sindicalismo se mueve dentro del orden
jurídico tutelado por el Estado, y puede ser sujeta a limitaciones.
Limitaciones que han de estar basadas en el Bien Común y recogidas
taxativamente en la ley recogida en Cortes, auténticamente representativas (…)
Finalmente
el M.O.T, convencido de que para realizar todo cambio social ha de producirse
una profunda transformación política, trabaja activamente por la instauración
de una Monarquía Popular y Sindical. (El M.O.T de Cataluña y la reforma
sindical, 1968)