Editoriales

sábado, 17 de agosto de 2013

El Sindicalismo carlista del Movimiento Obrero Tradicionalista (M.O.T), 1963-1970

La lucha del Movimiento Obrero Tradicionalista se desarrolló tanto a nivel teórico, como al de alternativas prácticas. Entre estas segundas destacan la creación  de Cooperativas, como la de Viviendas CEVA y la de Producción CIAT, en Zaragoza en 1965; o la de Cooperativas de servicios en Alicante en 1966, o la Agrícola de San Carlos en Barcelona en el año 1968, entre otras. También se crearon asesorías jurídicas y cursos formativos para obreros por toda España.

A nivel teórico, el M.O.T desarrolló una importante labor de propaganda y formación obrera, tanto en sus revistas periódicas como Vanguardia Obrera Tradicionalista, Lucha Obrera de Cataluña (M.O.T-Cataluña) o Información-M.O.T (Alicante), como en manifiestos, octavillas, cuadernos y documentos editados por toda España.

Se realizaron numerosos cursillos formativos: Bilbao, Jerez de la Frontera, Manresa, Pamplona, Elda, Zaragoza etc. En el Cursillo Nacional de Elda (Alicante) de 1966, asistieron 128 representantes de 39 provincias. Hubo tanto Congresos Nacionales, como territoriales, con una importante elaboración doctrinal.

El 24 de marzo de 1965, se producían las primeras detenciones y procesamientos en el TOP (Tribunal de Orden Público) contra militantes del M.O.T, acusados de propaganda ilícita. Fue en la ciudad de Zaragoza.

De todo este trabajo teórico podemos resaltar los principales puntos del ideario de los M.O.T.

Para el M.O.T el sindicato ha de ser:

“1-Libre, es decir independiente de cualquier intromisión o tutela por parte de organismos que son ajenos a el, ya sean el Estado, los partidos políticos o cualquier grupo capitalista de presión.

2-Único por rama de producción.

3-Democrático. El sindicato se organiza de abajo a arriba, siendo los mismos sindicatos, los que  elijan libremente a sus líderes.

4.Horizontal. En el mundo capitalista el sindicato auténtico es un sindicato de lucha, es decir sólo de trabajadores. La presencia  del capitalismo dentro de los sindicatos, en lo que consiste la verticalidad, falsea la misión del sindicato. Este es el sindicato que corresponde a esta etapa de transición hasta que se llegue a la reforma de la empresa.

5.Órgano de representación política. Los trabajadores debemos participar en la vida política del país, siendo el medio más eficaz el Sindicato. El Sindicalismo ha de estar presente en los Ayuntamientos, Cortes y en los Órganos de Planificación Económica.

Se añadía además:

“Un sindicalismo libre, democrático y profesional ha de constituir la primera fuerza política de un país. Negar al sindicato funciones representativas, como en las democracias liberales, equivale a cortarles las alas, impedirle el acceso a ese mundo de la política, donde se toman las decisiones que han  de fertilizar la vida comunitaria”

Y sus fines los siguientes:

“1.Representar los intereses de los trabajadores

 2.Reforma de la empresa, superando la propiedad capitalista 

 3.Control de la seguridad social, evitando que esté en manos del Estado o del Capitalismo.

 4.Creación de una Banca Sindical. Como cauce de ahorro de los trabajadores.

 5.Conseguir la municipalización del suelo urbano para impedir la especulación urbanística.

 6.Promoción Obrera: profesional, académica, cultural e informativa.

 7.Transformación de la Sociedad. El sindicalismo pugnará por sustituir la riqueza, como factor vertebrado de la sociedad, por el trabajo.

Otros puntos del pensamiento de los M.O.T son el rechazo al principio de lucha de clases y al internacionalismo, auspiciados ambos por los sindicatos marxistas.

En el “Manifiesto del M.O.T a los Hombres del Trabajo” de 1964, se decía:

“Los hombres no se resignan a formas impuestas y buscan, en la revolución, lo que no les dan las mal llamadas democracias. Se está abriendo paso una nueva época en lo económico y como consecuencia en lo social y en lo político. Esta renovación, que ha de hacerse por ley inexorable de la Historia, por imperio de la necesidad, solo podrá ser de dos formas: marxista o cristiana. Por el odio y la lucha de clases, o por el amor y la lucha por la superación en la justicia, la libertad y la verdad” (...)

“Sin Patria nada es. Un hecho evidente es la caída de los nacionalismos, pero no el de Patria. En ella nacemos. De ella vivimos. Y por ella somos. Nos da el fondo, el estilo y un peso histórico que no podemos arrojar, si no queremos morir como pueblo, si no queremos perder perspectiva y misión. No creemos en los internacionalismos cuando va implícita la pérdida de algo tan serio y sagrado como es la Patria”

Sobre este último punto en el breve cursillo de formación de dirigentes M.O.T, se leía:

“los trabajadores forman una gran familia internacional. Esto no quiere decir que no tengan Patria, como dice el marxismo (…) esto conviene resaltarlo cuando el capitalismo hace mucho tiempo que opera a escala internacional y éste si que no tiene patria”.

El M.O.T también defendió el derecho a la huelga como arma de lucha sindical, separándose, así, de todos los "amarillismos" sindicales. 

“Esta afirmación, del derecho a la huelga, de un Movimiento Obrero que se titula Tradicionalista puede parecer chocante para quienes desconocen toda la esencia de la Tradición. El fundamento doctrinal está clarísimo en la doctrina de nuestros teólogos del siglo XVI cuando exponían las tesis de la licitud de la resistencia al mal gobernante. No tenemos más que trasladar esta doctrina del plano político al social y los principios continúan manteniendo toda su validez. El sistema capitalista no deja resquicio jurídico alguno para que las reivindicaciones populares puedan prosperar. La Ley garantiza la explotación capitalista y el trabajador solo puede invocar principios de justicia no legales. Y el actual sistema  judicial se ve frenado por el legalismo burgués. De ahí la licitud de la huelga como arma del Sindicalismo para conseguir sus objetivos, porque el capitalismo no va a ceder de buen grado por la simple vía del diálogo.” (El M.O.T de Cataluña y la reforma sindical, 1968)

Sobre el Sindicalismo y el Poder Político, los M.O.T también marcaron su postura:

“El Sindicalismo es una fuerza al servicio de la Justicia, dentro de la libertad. Por ello, el espíritu sindical se complace en el incremento constante de instituciones autónomas y comunitarias, en cuya opción los hombres puedan cotidianamente ejercitar su libertad. La lucha sindical acarreará la desaparición del actual Estado centralista. Pero siempre ha de existir un poder político, representante del Bien Común, al que debe sumisión el Sindicalismo, ¿Cuál es la naturaleza de las relaciones entre el Poder Político y el Sindicato? Existe una palabra del vocabulario tradicionalista que lo expresa maravillosamente: El Fuero. Si, el Fuero Sindical. El Estado debe respetar toda la vida interna del Sindicato, sin intromisiones de ninguna clase; la actuación exterior del Sindicalismo se mueve dentro del orden jurídico tutelado por el Estado, y puede ser sujeta a limitaciones. Limitaciones que han de estar basadas en el Bien Común y recogidas taxativamente en la ley recogida en Cortes, auténticamente representativas (…)

Finalmente el M.O.T, convencido de que para realizar todo cambio social ha de producirse una profunda transformación política, trabaja activamente por la instauración de una Monarquía Popular y Sindical. (El M.O.T de Cataluña y la reforma sindical, 1968)

1 comentario:

  1. Me ha parecido un artículo muy bien redactado y en el que he aprendido un montón de cosas sobre economía, capitalismo y sus gentes.

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