Editoriales

martes, 14 de marzo de 2017

Violencia separatista de hoy y ayer: el nacionalismo contra Navarra


Los violentos incidentes que tuvieron lugar este pasado 11 de marzo en Pamplona, protagonizados por forasteros radicales separatistas llegados desde fuera de Navarra, son un fiel reflejo de muchos incidentes que han jalonado la historia de la democracia partitocrática en Navarra. Una vez más el viejo Reyno fue atacado por la estrategia separatista del odio, con el resultado de cuatro detenidos, de ellos tres enviados a prisión por el Juez de Pamplona. Navarra otra vez atacada por "Euskadi".
Boletín de la A.J.T navarra en la transición, en respuesta a otra invasión foránea nacionalista, la llamada irónicamente "Marcha de la Libertad"

Para el mundo etarra, Navarra ha sido una de sus grandes obsesiones, pues ha sido referente del españolismo rocoso del carlismo, el movimiento político vasconavarro popular por excelencia y ellos siempre han sido en Navarra minoritarios, extraños a su devenir histórico. Por ello Navarra ha estado siempre en el centro de la estrategia separatista e imperialista del nacionalismo (Pulsar Aquí). Frente a un “Euskadi” de inspiración racista sabiniana y que es parte fundante del régimen del 78, el carlismo reivindica lo auténticamente vasco y navarro, definido a través de una tradición objetiva en los territorios históricos: católicos, forales e hispánicos.

Los actuales incidentes se parecen mucho concretamente, al intento de reventar la concentración foralista de 1977, convocada por la Diputación Foral, encabezada por el carlista Amadeo Marco. Entonces como actualmente grupos organizados procedentes de Guipúzcoa llenaron las calles de Pamplona de violencia y de odio antiforal y antiespañol. Una misma estrategia de los enemigos de siempre de Navarra y de España.
Extracto del Capítulo VII del libro «Una resistencia olvidada.Tradicionalistas mártires del terrorismo» (Ediciones Auzolan, 2017) de Víctor Javier Ibáñez Mancebo.

(...) los actos [foralistas] dieron comienzo el 3 de diciembre [de 1977] con una Misa en la Catedral, a la que acudió la Diputación en pleno. Al acabar la Misa miles de navarros salieron en manifestación hacía la Plaza del Castillo. Por las bocacalles de la misma comenzaron los ataques de la izquierda proetarra, que quiso reventar la concentración. Lanzando insultos contra la Diputación comenzaron a llover piedras, tornillos y botellas causando los primeros heridos entre los foralistas. Diario de Navarra insistía en que la Policía Armada no utilizó material antidisturbios contra los provocadores, intentando apaciguar los ánimos en todo momento verbalmente. Cinco policías resultaron heridos teniendo que recibir asistencia médica. A las 13:30 comenzaron las intervenciones, tras la difusión por megafonía del himno de las Cortes de Navarra. En medio de constantes gritos de «Navarra sí, Euskadi no» tomó la palabra el diputado foral Julio Asiain Gurucharri, que hizo un llamamiento a la serenidad. Posteriormente cuando el vicepresidente, Amadeo Marco, se disponía a hacer uso de la palabra por el paseo Sarasate apareció un nutrido grupo de proetarras cantando el Eusko Gudariak y lanzando consignas contra la Diputación y contra Marco. Tras unos momentos de tensión lanzó un mensaje cargado de profundo sentido jurídico, político e histórico que corearon los más de diez mil navarros que se concentraban en la Plaza del Castillo con gritos a favor de Navarra y de España y contra la pretensión del gobierno central de introducir a Navarra en el ente autonómico de Euskadi. Uno de los lemas más coreados fue «Clavero, pelmazo, recuerda a Gamazo». Amadeo Marco terminó su intervención solicitando a los congregados que se dispersaran pacíficamente, sin responder a las provocaciones, como así hicieron. Sin embargo en las zonas cercanas a la Diputación los proetarras se reagruparon y volvieron a cargar contra los congregados. Cuatro jóvenes asistentes a la concentración fueron heridos de arma blanca, uno de ellos, Eugenio Lecanda Garamendi, estudiante de Medicina oriundo de Bilbao con una herida penetrante en el tórax, que revistió cierta gravedad aunque terminó evolucionando favorablemente. (...)También fue agredido al acabar la manifestación el colaborador de El Pensamiento Navarro Artus, cuando un grupo proetarras lo esperaban en su domicilio. Los proetarras quemaron dos banderas de Navarra y de España robadas de edificios de particulares. En total se contabilizaron según Diario de Navarra (periódico que no se mostró favorable al acto navarrista) una treintena de heridos entre los asistentes a la manifestación. La mayoría de los provocadores se habían desplazado desde fuera de Pamplona, identificando la policía a dos grupos de Mondragón y Vergara asiduos en esas acciones de guerrilla urbana. Una representación de carlistas vascongados hizo acto de presencia aquel día en Pamplona en apoyo de la Diputación Foral.

El libro se puede solicitar a info@edicionesauzolan.net al precio de 22 €.

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