Editoriales

domingo, 28 de febrero de 2010

De vividores, de perjuros, de hombres sin honor y de servidores del liberalismo capitalista: Historias de ingenuidades.

Por su interés reproducimos unos extractos de las memorias del Marqués de Valdeiglesias que testimonian como la rama liberal traicionó a todos sus sostenedores "tradicionalistas". Testimonia la frustración política de este valioso grupo de gente, fruto de la incongruencia de pretender que la Dinastía Liberal sostuviera los fundamentos de la Tradición. Error gravísimo que esperamos nunca vuelva a suceder. Sirva de aviso a navegantes.

“(…) salí de la entrevista [con Juan de Borbón, de la rama usurpadora] con la impresión de que el “rey” estaba totalmente ganado para la causa liberal- masónica. (…) todos los enemigos de nuestro Movimiento Nacional, empezando por Gil-Robles, se han apre-surado a montar su cerco en torno al “rey”. Es la gran baza que les va a permitir invertir el resultado de la guerra. Sería un colosal error dejarles maniobrar impunemente pensando sencillamente que si el “rey” quiere estrellarse, que se estrelle. Porque se va a estrellar toda España.

(…) todos mis artículos y conferencias giraron en torno a lo mismo: la identidad entre Movimiento Nacional y Monarquía. La Monarquía, para mí, no podía ser otra cosa que la culminación del Movimiento Nacional y, naturalmente, cuando hablaba de Monar- quía, no concebía otra que la de Acción Española. Los Gilrrobles, Satrústeguis y toda la caterva de progres, antiguos republicanos, e incluso marxistas, que iban a presta acata- miento a Juan eran para mí unos locos carentes de interés. Me negaba a aceptar el hecho de que el loco era yo, y ellos los que tenían sus pies firmemente asentados en el suelo. Y estaban jugando, perfectamente jugada, la carta ganadora.

(…) cuando al fin se formalizó la candidatura de Juan Carlos me pasé a ella con armas y bagajes. Y la verdad es que ni por un momento se me ocurrió pensar en que la política de Juan Carlos pudiera ser la misma que la de su padre, corregida y aumentada. (…) Ni por un momento se me pasó por la cabeza la idea de que la única diferencia entre Juan Carlos y su padre pudiera ser la de que el hijo fuera mucho más cínico y estuviera dis- puesto a jurar todo lo jurable con la idea preconcebida de faltar a su juramento en cuan- to fuera posible. (…)

Lo que me pregunto yo ahora es como ha sido posible que otras personas [que han tenido más trato con Juan Carlos que el autor] no hubieran captado nada sobre su verdadero modo de pensar. (…) Porque el hecho es que se jugó a fondo la carta de Juan Carlos sin la menor garantía de cual pudiera ser su modo de pensar y desafiando las probabilidades de que fuera el mismo que su padre.
Y a esta tremenda ligereza se sumó otro error psicológico no menos grave; no haberse parado a meditar ni por un momento en el resentimiento que podría estar incubándose en Juan Carlos precisamente por el hecho de debérselo todo a Franco (…)

(…) el Movimiento Nacional necesitaba a la Monarquía [legítima] en su cúspide para ser capaz de hacer frente a las grandes presiones del exterior liberal-masónico y mar xista que cada vez serían más fuertes como consecuencia de su victoria en la guerra mundial (…) Franco pudo haber elegido libremente (…) pero limitó su campo de elección a los herederos de “Alfonso XIII” [es decir, a la rama usurpadora] (…)
Cierto que la inversión total del resultado de la guerra con la entrega total de la victoria a los vencidos del año 39, todo ello por obra y gracia de la voluntad de Juan Carlos, era algo absolutamente imprevisible (…) y menos que nada pudo prever que, después de haber jurado el futuro “rey” lealtad a Franco y a los Principios Fundamentales del Movi –miento tomase él mismo la iniciativa de violar esos Principios y dinamitar el régimen que lo había hecho “rey".

Extraído del testamento político del Marqués de Valdeiglesias
D. José Ignacio Escobar Kirkpatrick

2 comentarios:

  1. Todos sabemos a quienes han servido, sirven y servirán los representantes de la dinastía liberal: a los oligarquías económicas burgesas. Y eso desde Isabel llamada la II, pasando por los alfonsos, que según sus propias palabras eran "católicos como sus abuelos y liberales como su siglo", es decir "mestizos", con ese intento absurdo de conciliar (de mezclar )catolicismo y liberalismo. Para no hablar de sus útlimos representantes...en resumen siempre al servicio de los caciques y oligarcas, y de los poderes apatridas y siempre sostenidos por el ejercito totalmente infiltrado de masonería. Ningún prinicpio les ha movido nunca y siempre contra el pueblo y contra la dinastía legítima.

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  2. Los de Acción Española eran unos lerdos; mucho estudiar oposiciones pero eran incapaces de ver los males de toda la maldita antimonarquía liberal. Los muy cachondos encima rodeaban a los antirreyes de un ideario que ellos rechazaban con todas sus fuerzas. Las responsabilidades de AE son tremendas pues sirvieron a los enemigos de la Monarquía Española con la coartada de los propios principios de dicha Monarquía.

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