“Hay en la actualidad, mi querido Alfonso, en nuestra España una cuestión temerosísima: la cuestión de Hacienda. Espanta considerar el déficit de la española; no bastan a cubrirlo las fuerzas productoras del país; la bancarrota es inminente… Yo no sé, hermano mío, si puede salvarse España de esa catástrofe; pero, si es posible, sólo su Rey legítimo la puede salvar. Una inquebrantable voluntad obra maravillas. Si el país está pobre, vivan pobremente hasta los ministros, hasta el mismo Rey, que debe acordarse de don Enrique el Doliente.
Si el Rey es el primero en dar el gran ejemplo, todo será llano; suprimir Ministerios, y reducir Provincias, y disminuir empleos, y moralizar la Administración, al propio tiempo que se fomente la agricultura, proteja la industria y aliente al comercio. Salvar la Hacienda y el crédito de España es empresa titánica, a que todos deben contribuir, Gobiernos y Pueblos.
Menester es que, mientras se hagan milagros de economía, seamos todos muy españoles, estimando en mucho las cosas del país, apeteciendo sólo las útiles del extranjero… En una Nación hoy poderosísima, languideció en tiempos pasados la industria, su principal fuente de riqueza, y estaba la Hacienda mal parada y el Reino pobre. Del Alcázar Real salió y derramóse por los pueblos una moda: la de vestir sólo las telas del país. Con esto la industria, reanimada, dio origen dichoso a la salvación de la Hacienda y a la prosperidad del Reino”.
Carta que en 1869 S.M. Carlos VII de España envió a su hermano Alfonso futuro S.M. Alfonso Carlos I
Para hacer frente a la crisis, lo primero es "Una inquebrantable voluntad", un poder responsable, libre e independiente y personal que haga frente a la plutocracia y a los poderes financieros; y esa no puede ser otra que el REY que gobierna, el Rey tradicional. Evidentemente lo contrario al títere irresponsable de Juan Carlos de esta república coronada que padecemos.
ResponderEliminarLo segundo el sentido común,para tomar medidas que no estén al servicio de la macro economía capitalista, sino de la economía real y productiva.
En tercer lugar un sentido nacional sano para hacer frente a los mercados y al mundialismo depredador.
Dentro del sistema, de su casta política corrupta al servicio del finanza extranjera, del monigote de Juan Carlos y toda su familia de parásitos, de la burguesía servil a Bruselas y a la unión europea: NO HAY SOLUCIÓN. Hay que romper con esta inercia partitocrática que esta destruyendo España y su falsa alternancia en el poder: TODOS SON LO MISMO;PP, PSOE etc, son lo mismo. Liberalismo, lacayo a los mercados.
ResponderEliminarMonarquía popular YA!!!!!! , al servicio de la Tradición, del bien común y del pueblo.