Un somero análisis de las últimas elecciones autónomicas celebradas en Cataluña resulta muy revelador para develar los falsos mitos y dogmas del sistema liberal partitocrático.
1. La abstención la gran triunfadora.
Contra lo destacado en titulares por los medios del sistema, la gran triunfadora ha sido la abstención: el 40,05% de los censados, no han ido a votar. Si añadimos a ésta los votos en blanco y nulos (92.331 y 21.727, 2,94% y 0,69%respectivamente), que representan expresiones de rechazo, éste representa nada menos que 2.209.180 votantes. Sigue resultando un abuso de acuerdo con estas tristes cifras de participación hablar de "soberanía popular".
1. La abstención la gran triunfadora.
Contra lo destacado en titulares por los medios del sistema, la gran triunfadora ha sido la abstención: el 40,05% de los censados, no han ido a votar. Si añadimos a ésta los votos en blanco y nulos (92.331 y 21.727, 2,94% y 0,69%respectivamente), que representan expresiones de rechazo, éste representa nada menos que 2.209.180 votantes. Sigue resultando un abuso de acuerdo con estas tristes cifras de participación hablar de "soberanía popular".
2. La falsa representatividad.
El sistema sedicentemente proporcional de la ley d´Hont es de una injusticia manifiesta, y el más antirrepresentativo de los posibles. A partir de un determinado número de votos se obtiene una sobrerepresentación injusta, además de ser falseada por el distinto tamaño de las circunscripciones. Así comparando dos partidos que cabria calificar de humorísiticos, el separatista del ex presidente del F.C. Barcelona Joan Laporta "Solidaritat Catalana per la Independència", obtiene cuatro escaños con sólo 102.197 sufragios, mientras que la candidatura teóricamente antinacionalista de "Ciutadans-Partido de la Ciudadanía", obtiene tres pese a obtener más votos: 105.827. En cambio las candidaturas de Plataforma per Catalunya con 75.321 votos no obtienen ningún escaño. No se puede hablar en puridad de "un hombre un voto".
3. Las injustas y antitradicionales circunscripciones.
La falsa Generalitat liberal no está dispuesta a tocar la división provincial de Cataluña, improvisada por el liberal Javier de Burgos en 1833. Con ella se aseguran la vigencia del actual sistema. En primer lugar porque perpetúan el esquema antirrepresentativo al que hemos aludido en el punto anterior. En segundo lugar porque contribuyen a consolidar una falsa identidad uniformista en torno a unos mitos indiscutidos y que todos los partidos del arco parlamentario catalán asumen. De restaurarse las tradicionales veguerías catalanas no sólo se acabaría con la injusta representación (por poner un ejemplo la candidatura de Plataforma per Catalunya habria obtenido unos resultados verdaderamente proporcionados, con una representación mayor que la de los independentistas de Laporta), sino que tendrian opciones reales de representación candidaturas sensibles a las peculiaridades culturales de Cataluña, con la defensa de la identidad particular de las comarcas de las tierras del Ebro, del Besalú, del Camarasa, de Camprodón, de Pallars o de Cervera. Tendria representación y defensa la lengua aranesa a través de los representantes del Valle de Arán (con representación dentro del Alt Pirineu) o el bilingísmo efectivo que se defendería desde los cinturones obreros. Pero ningún partido de todo el arco parlamentario, desde los independentistas hasta los teóricos opositores al nacionalismo quieren acabar con esa identidad postiza que ahoga las verdaderas identidades que conforman lo catalán.
4. Impedir a toda costa la llegada del voto antiislamización.
Ha habido otro pacto infame entre todas las fuerzas políticas del sistema con la intención de desgastar a las candidaturas de Plataforma per Catalunya para evitar a toda costa afrontar seriamente el gran problema que la invasión mahometana supone para Cataluña. Para desgastarla se uso en primer lugar una escisión de dicho partido que contraviniendo la normativa electoral copiaba las siglas de la candidatura. Después tanto el PP como CiU han usado de modo rastrero, interesado y electoralista el problema de la islamización, lo que les ha supuesto, sobre todo en el caso del PP ganar cientos de miles de votos por un problema que crearon ellos mismos (tanto el PP cuando ostentaba el poder nacional como CiU en el poder autonómico). Cuando las encuestas otorgaban entre 3 y 4 escaños a las candidaturas de Plataforma per Catalunya se impuso el silencio mediático sobre las mismas. Incluso entre cadenas supuestamente independientes, como Intereconomia, que demuestra que al margen de algunos retazos de alternativo cultural sigue siendo parte integrante del sistema. Después se intentaron hacer saltar algunos supuestos escándalos internos por parte de arribistas recien llegados a la candidatura con el apoyo de medios de comunicación sionistas. En última instancia se llegó a graves calumnias personales para desacreditar a los candidatos. Pese a la magnitud de dicha maniobra las presiones externas no erosionaron demasiado a las candidaturas de PxC, que obtuvo unos muy significativos 75.321 votos demostrando la importancia de primer orden que tiene el asunto de la invasión islámica, junto a otros puntos de su programa como la necesidad de acabar con el latrocinio de los impuestos, con la corrupción política y de defender la vida y la familia. Las candidaturas de PxC doblaron en votos a la muy mediática candidatura independentista del ex-conseller Carretero.
5. El final del tripartito.
Todos los nefastos experimentos de ingeniería social, intromisión y prohibicionismos, así como separatismo agresivo que representaba el repugnante tripartito han sido radicalmente rechazados en las urnas. A cambio tenemos el triunfo de un nacionalismo supuestamente (sólo supuestamente) moderado y conservador de CiU. CiU pese a no hacer gala de un nacionalismo estrafalario como el de ERC y de tener entre sus miembros y muchos votantes a muchos catalanes que no pasan de ser sanamente regionalistas es un partido nacionalista agresivo, con algunos toques antiespañolistas y con corrientes imperialistas que sustentan la teoría de los mal llamados "Países Catalanes" que continuamente se están inmiscuyendo en cuestiones que sólo afectan a los antiguos Reinos de Valencia y de Mallorca. Es además intervencionista y pese a que su campaña haya girado en gran parte contra el exceso impositivo de los poderes públicos durante su mandato los catalanes sufrieron injusto y caprichosos impuestos y tasas casi confiscatorios; dinero público usado para el enchufismo, el despilfarro y la corrupción del 3%, caso Millet, Palau de la Música y cientos de latrocinios más. Pese a que haya mostrado interesadamente, para intentar frenar el avance de la PxC, cierto mensaje antiinmigración CiU es el primer responsable de la expansión del islamismo agresivo en Cataluña.
Muy poco cambia realmente en Cataluña. Mas corrupción, Mas paro, Mas crisis, Mas nacionalismo, Mas intervencionismo y Mas mal gobierno. Todo ello con la total aquiescencia de todos los partidos del sistema. El sistema es la injusticia principal, el sistema es el problema. Solo restaurando la Tradición catalana se puede poner fin a esta tiranía.
Muy parece un análisis muy acertado, muy valiente y muy realista. Me ha encantado que la Comunión Tradicionalista no haya tenido estúpidos respetos humanos y haya dado la opción de apoyar a Anglada. Enhorabuena por la decisión, mucho hubiese cambiado en Cataluña de haber entrado la Plataforma, se hubiese abierto brecha en el sistema y se habria puesto un mínimo de sentido común en medio de una política tan cobarde, entreguista y vomitiva.
ResponderEliminar