La verdadera democracia es jerárquica y antiliberal, y el verdadero liberalismo es inorgánico y antidemocrático
Ya he indicado anteriormente que es menester no confundir democracia y liberalismo. La primera es una forma legítima de gobierno y el segundo es una concepción del mundo que, aplicada al orden político, genera lo que se ha dado en llamar la «democracia liberal». Al percibir que esta mezcla constante o confusión de esencias diferentes se agrava la equivo-cidad del tema; Pío XII aprovechó la Navidad de 1944 para hacer valiosas precisiones. Por un lado, como suele ocurrir en la experiencia histórica, actualmente los pueblos parecen exigir «un sistema de gobierno» más compatible con la dignidad y libertad, y de ahí la «tendencia democrática» que se advierte (Benignitas et huma-nitas, nº 7 y 9, radiomensaje del 23-12-44: AAS, 37, 1945).
No dice el Papa, naturalmente, que la democracia sea la única forma legítima de gobierno, sino que los pueblos adoptan la que mejor les conviene según la marcha de los tiempos. Por eso advierte, citando la Libertas de León XIII, que, salvada la doctrina católica del origen del poder y ejercicio del poder público, no reprueba ningún régimen con tal que sea apto para orientar la sociedad al bien común (Benignitas et humanitas, nº 10; cf. León XIII, Libertas, nº 32).
Hecha esta aclaración y reconociendo que la democracia puede ser tomada en un sentido amplio y que, como tal, puede realizarse en cualquier régimen, lo que importa es determinar la democracia verdadera. Para ello, recordemos que el Estado democrático –como todos los demás– está investido de poder; pero éste debe reconocer aquel «orden absoluto de los seres y de los fines» y, por eso, el poder o autoridad «no puede tener otro origen que un Dios personal». Por eso, la dignidad del hombre reside en ser imagen de Dios y «la dignidad del Estado es la dignidad de la comunidad moral querida por Dios» (op. cit., nn. 20, 22). De donde se sigue que la autoridad política lo es por participación de la autoridad de Dios y debe reconocer «esta unión íntima e indisoluble», y debe reconocerla explícitamente el régimen democrático (op. cit., nº 23).
Observemos que la expresión unión íntima e indisoluble excluye aquella «separación» que caracteriza al liberalismo de tercer grado. La democracia verdadera es, pues, ésta no-emancipada del orden divino; en cambio no será verdadera sino falsa aquella que rechaza esta vinculación o más o menos la olvida; igualmente, «si no considera suficientemente esa relación y no ve en su cargo [el gobernante] la misión de realizar el orden querido por Dios…» Así, «una sana democracia [debe estar] fundada sobre los inmutables principios de la ley natural y de las verdades reveladas» (op. cit., nº 28).
El gobernante –sostiene Pío XII dentro del más riguroso ius naturalismo– debe saber que la majestad de la ley positiva de que está investido, «es inapelable únicamente cuando ese derecho se conforma… al orden absoluto establecido por el Creador e iluminado con una nueva luz por la revelación del Evangelio». Tal ha de ser «el criterio fundamental de toda sana forma de gobierno, incluida la democracia» (op. cit., nº 30).
Esta apelación a la «unión íntima e indisoluble», fundada en el orden absoluto de la creación e iluminación por el Evangelio, reitera una concepción de la democracia (y de todo otro régimen político) situada en las antípodas de la democracia «liberal». En este sentido, la «democracia liberal» no es verdadera sino falsa democracia.
(Alberto Caturelli. Liberalismo y apostasía. Fundación Gratis Date
Recomendamos leer este esclarecedor cuaderno en su totalidad. Se puede acceder en la web de Gratis Date: Liberalismo y apostasía
Efectivamente, la democracia (no la liberal) es un sistema legítimo. Santo Tomás enseña que son tres los sistemas políticos que se pueden considerar legítimos: la Monarquía, la aristocracia y la democracia.
ResponderEliminarSanto Tomás enseña que el más perfecto de ellos es la Monarquía (tomados por separado) y que lo ideal es la combinación de los tres. Este sistema ideal que combina los tres regímenes legítimos se plasmó históricamente en la llamada MONARQUÍA TRADICIONAL.La Monarquía Tradicional española, democrática en sus niveles municipales y forales, aristocrática en sus cortes orgánicas y cuerpos intermedios y finalmente Monárquica en su cabeza. Recogiendo lo mejor de cada sistema: la libertad foral y la participación municipal, el sistema orgánico y jerárquico y finalmente la unidad y continuidad que aportaba la corona y todo ello tendente al BIEN COMÚN.
Este sistema fue el de la Monarquía Española, hasta la llegada de los liberales.
Este sistema es la encarnación del más acrisolado pensamiento católico y clásico y esta totalmente acorde con la enseñanza de la Iglesia Católica sobre el origen y ejercicio del poder.
Además es el sistema tradicional de España y la Iglesia recomienda que cada pueblo se rija por el sistema más acorde con su historia e idiosincrasia.
Queda claro:
La democracia liberal es un sistema ILEGITIMO para la doctrina católica.
La democracia a secas sería legítimo en las condiciones señaladas, pero es el menos perfecto "a secas".
La Monarquía Tradicional es LEGÍTIMA, y el más perfecto (según Santo Tomás) y además es el propio de nuestra historia y tradición.
y en España la defensa de la Monarquía Tradcional se llama CARLISMO.
Una Monarquía limitada por la ley de Dios y por la ley natural por un lado y por los fueros y las libertades de nuestros pueblos por el otro.
ResponderEliminarUna Monarquía Tradicional que evite toda tiranía, oligarquía y demagogia. Una Monarquía popular y federal con continuidad histórica que haga frente al poder del dinero, a las grandes corporaciones finacieras mundialistas. Un freno para el apátrida capitalismo financiero.
En una palabra recuperar las verdaderas libertades y la verdadera AUTORIDAD para la restauración de una comunidad política al servicio del Bien Común.
URGE EL RETORNO DEL REY!!!!!
El "liberalismo de tercer grado", según León XIII es el liberalismo muy moderado, propio de aquellos que no quieren renunciar a su fe cristiana y que rechazan (o así lo creen) todo cuanto es contrario a la Revelación, sostienen, dice el Papa, que «se han de regir según las leyes divinas la vida y costumbres de los particulares, pero no las del Estado. Porque en las cosas públicas es permitido apartarse de los preceptos de Dios, y no tenerlos en cuenta al establecer las leyes. De donde sale aquella perniciosa consecuencia: que es necesario separar la Iglesia del Estado.
ResponderEliminarEs decir es el liberalismo de los conservadores, y de los católicos liberales...es igualmente, como queda claro,un liberalismo condenado por la Iglesia.
Más que de "sistema" habria que hablar de "forma" de gobierno. Es una precisión terminológica que encierra toda una discusión de filosofía política de fondo.
ResponderEliminarSería ideal que empezarais a pensar por vosotros mismos, en lugar de dejar todo el tiempo que el papa piense por vosotros.
ResponderEliminarPaolo:
ResponderEliminarPues no, porqué ya pensamos por nosotros mismos, pero dentro de una tradición y de un legado que nos ha dejado la civilización (pensamiento de los clásicos, de los santos, de los doctores de nuestra Tradición); somos herederos de una historia y de un pensamiento. Nosotros creemos en el argumento de Autoridad.
Su postura es la que siguieron los primeros racionalistas y todos los que los siguieron. "Pensar por ellos mismos", todo empezaba con ellos, nada seguro, nada heredado. Dudar de todo...y así acabamos en el puro nihilismo.
Y también creemos en el Papa, y su ministerio asistido por el Espíritu Santo. Si señor. El Papa que recoge todo el bagaje de la Tradición y la sabiduría de la Revelación. SOMOS CATÓLICOS. Y sin ningún complejo. La Iglesia es maestra de la VERDAD.Y Verdad objetiva y universal. No somos esclavos de la duda y del relativismo. La Verdad nos hace LIBRES.
Pensamos por nosotros y por eso no somos tan LOCOS de desvincular nuestro pensamiento de la sabiduría más acrisolada que ha forjado la Civilización, para caer en el PENSAMIENTO ÚNICO Y DÉBIL de la Modernidad disolvente.
Atrévete a leer algunos de los numerosos libros referenciados en este blog, y dime si no hay pensamiento, reflexión etc...Ni todo empieza con nosotros, ni todo acabará con nosotros: LA HUMILDAD ES LA LLAVE DE LA SABIDURÍA.
Caminar en el surco de la Tradición que nos trasmite la VERDAD será siempre el horizonte de El Matiner.Porqué la VERDAD existe y no la creamos nosotros,solo la descubrimos y adherimos a ella.
TODO LO QUE NO ES TRADICIÓN ES PLAGIO.
Pobre mundo donde ya no existen los maestros, los sabios, la Autoridad sagrada.