La bandera de las Juventudes Tradicionalistas en la Santa Misa (2008)
Don Sixto Enrique recibe a los peregrinos de las Españas. (año 2.000)
Las banderas con el Sagrado Corazón al viento (2008)
Impresionante vídeo:
LA TRADICIÓN VIVA Y TANGIBLE: PEREGRINACIÓN CHARTRES-PARIS.
La Iglesia Católica atesora 2010 años de Tradición. Sin embargo de cuarenta años a esta parte la penetración de los paradigmas modernos, con su insistentes axiomas de cambio y progreso a ninguna parte ha intentado borrar la Tradición que vivificaba el alma de todos los pueblos católicos, escamoteando o directamente anulando muchas festividades comunitarias católicas. Sin embargo la resistencia de los restos vivos de la Cristiandad ha sido tenaz, y en este contexto se circunscribe el mantenimiento, en la fiesta de Pentecostés, de la tradicional peregrinación de Chartres a Paris, en un primer momento iniciada por los estudiantes católicos para pedir la luz del Espíritu Santo y después toda una muestra de resistencia en la defensa de la Fe tradicional. Una peregrinación exigente, donde disciplinadamente se reza, se canta, se marcha bajo los estandartes de la Cristiandad. Un pueblo católico bien organizado, en el mejor sentido comunitario, que comparte la comida, la bebida y atiende a las necesidades de a quien algo le falte. Un pueblo católico empeñado en cultivar las artes y la cultura, que pese a la agotadora jornada saca fuerzas y ánimos para cambiar las ropas de la peregrinación por los trajes típicos de la época de la Revolución y representa funciones de teatro contrarrevolucionario, evocando al pueblo campesino y católico masacrado por los sin Dios jacobinos. Se podría decir que la peregrinación es un ejemplo itinerante de la realidad viva que fue la Cristiandad y que hoy pervive en estas miles de familias y organizaciones abnegadas en el mantenimiento de sus restos. El Carlismo, obviamente, no podia estar al margen de esta realidad, y año tras año viene participando en esta peregrinación. Con la presencia destacada de S.A.R. Don Sixto, Abanderado de la Tradición, que suele presidir la Misa de clausura, en Montmartre después de atender y recibir a los peregrinos de toda la Hispanidad.
Un tradicionalismo íntegro no puede dejar de serlo también en lo religioso ni mantenerse al margen de la ofensiva modernista. Muy bien por los carlistas.
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