Modelo de adhesivo de la nueva campaña del carlismo catalán proclamando los verdaderos derechos históricos de Cataluña y de los otros pueblos de las Españas.
El romanticismo vehículo de destrucción de la Tradición
Estatut: Ni los unos ni los otros; Cataluña hispánica y foral
Las libertades de Cataluña, como las navarras o las vascas, son también las libertades de todos los pueblos de las Españas; libertades municipales, con la radical aplicación del principio de subsidiaridad, libertades forales y revitalización de los cuerpos sociales intermedios, conforman el marco de la Monarquía Federativa que asegura la libertad a todos los rincones de las Españas.
ResponderEliminarEl centralismo liberal, como los nuevos "centralismos" de los nacionalismos periféricos, tienen idéntica raíz, que corrompe la verdadera configuración de nuestra Patria.
¡Ni fachas "españolistas"!
¡Ni fachas "catalanistas"!
¡Que acierto! El águila bicéfala del imperio sobre la "senyera", creo que será bien recibido el contraste que causa esta combinación dada la situación de hoy en día. Nación, fuera de su uso moderno (que utilizan tanto fachas como nacionalistas), es lo que tradicionalmente se ha dicho de lo que define la cultura de un pueblo, esto significa la "senyera". Como tal es un concepto cultural, no político. Pero la Patria, es esa continuidad histórica y territorial que reune en la Tradición el bien comun logrado en una comunidad política como son las Españas. Esto lo significa el águila imperial.
ResponderEliminarFelicito al autor, y deseo que tenga buena repercusión en "les nostres terres", Visca Catalunya, Visca el Rei!
La vía estatutaria está muerta, el independentismo es una quimera rechazada por el pueblo catalán. Es hora de volver a las genuinas fuentes del Derecho catalán. ¡Por la federación de los pueblos libres de las Españas! Visca Catalunya!
ResponderEliminarEl nacionalismo acaba siempre en totalitarismo y en fascismo, es así en todas partes. El sentimentalismo romántico que lleva inherente acaba destruyendo la auténtica realidad del pueblo a quien dice defender. Y es que el nacionalismo desprecia la verdadera Tradición y vive de mitos inventados y de sueños, y su tendencia es siempre considerar "traidores" "mal patriotas", etc etc, a quien no esta infectado y comulga de sus mitos y falsedades...el resultado es siempre la violencia para imponer por la fuerza su sentimentalismo pequeño-bugués.
ResponderEliminar¿¡¿El "Terra alta" es de la comarca catalana de la Terra Alta?!?
ResponderEliminarExtractos de "Patriotismo y nacionalismo", publicado en la revista barcelonesa Cristiandad (núm. 160. noviembre 1950, pp. 507-508) por don Rafael Gambra.
ResponderEliminar«Para los ilustrados, las diversas religiones... eran visiones burdas, representaciones populares de una más profunda verdad, que es la comprensión racional, científica, del universo. Y como complemento de este nuevo gnosticismo vulgarizado dominó, en el ambiente de las Luces, una filosofía de la historia según la cual se va operando lentamente un proceso de racionalización en el cual la razón va abriéndose paso a través de las nieblas de la ignorancia, de la superstición y de la creencia. [...]
»La actitud personal del enciclopedista, congruente con esta concepción, habría de ser idéntica a la del antiguo sofos griego, que fue heredada por el gnosticismo: un aristocrático desdén hacia las perecederas creencias del pueblo y del medio ambiente, y la pasividad meramente espectadora del «iniciado» que espera lo que necesariamente y por sus pasos contados ha de suceder.
»Sin embargo, en el seno de la Ilustración, surgió una voz que, si participante del espíritu general del movimiento, era disidente respecto de la filosofía de la historia... fue la voz la J.J. Rousseau. Para el autor del Emilio, el advenimiento de la era racional de la humanidad no ha de venir por sus pasos contados, en un lento pero necesario abandono de los ídolos, porque la irracionalidad no es meramente un estrato previo que se transformará en Ilustración, sino que es causa del mal, del único mal posible, origen de la perversión del hombre, naturalmente bueno... es preciso, en consecuencia, destruir esa sociedad para, sobre ella, edificar la nueva sociedad racional, en la que el hombre, libre de estas influencias deletéreas... recupere el máximo posible de libertad, y con ello de espontánea inocencia.
»Entonces surge de un modo explícito el espíritu revolucionario, por oposición y en contraste con el plácido espíritu enciclopedista que, simplemente, esperaba la evolución. [...]
»Esta organización de la sociedad sobre bases racionales a partir de una ruptura con el pasado debería realizarse, para ser lógica, sobre la sociedad universal, o al menos sobre un ideal universalista, antinacional.
»Sin embargo, contra la lógica interna del sistema, el constitucionalismo decimonónico admitió y se aplicó a las nacionalidades existentes, estableciéndose para cada nación una Constitución racional y definitiva que tomaba como objeto y calificativo, precisamente, el nombre de la nacionalidad. Entonces surge un nuevo y extraño sentimiento que, como el antiguo patriotismo, representa una adhesión afectiva a la propia nación, pero que no puede llamarse ya 'patriotismo' porque reniega de la obra de los padres y antepasados, y se funda sobre una ruptura con su mundo y sus valores. Este sentimiento es el nacionalismo».
«Al paso que el patriotismo puede ser un sentimiento condicionado y jerarquizado... en el nacionalismo la razón de Estado es causa suprema e inapelable, y la nación o Estado, hipostasiados, comunidad abstracta, constituyen una instancia superior sin ulterior recurso».
LA VERDAD DE LA MANIFESTACIÓN (AGENCIA FARO)
ResponderEliminarLa separatista en exigencia del nuevo Estatuto de Autonomía para Cataluña (ligeramente reformado por el Tribunal Constitucional), que gozaron del apoyo del Gobierno (de ocupación) de España y de gran aparato mediático. La que tuvo lugar en Barcelona el sábado 10, encabezada por el socialista cordobés José Montilla Aguilera, obtuvo grandes titulares que inicialmente reflejaban cifras disparatadas: 1.500.000 manifestantes según la organización nominalmente convocante, la imperialista Òmnium Cultural; 1.100.000 según la Guardia Urbana, también a las órdenes de los pro Estatuto. Sin embargo, un corresponsal catalán ha facilitado a FARO un cálculo más sobrio:
99.240 metros cuadrados de recorrido:
1220 x 42 de Paseo de Gracia + 1200 x 40 de Gran Vía.
A 2 personas por metro cuadrado, 198.480 manifestantes.
A 3 personas por metro cuadrado, 297.720 manifestantes.
A 4 personas por metro cuadrado, 396.960 manifestantes.
Y eso siendo muy generosos:
Se han añadido unos 1200 metros cuadrados al recorrido por Gran Vía.
Se han añadido Plaza Tetuán y unos 800 metros cuadrados continuación de Gran Vía.
No se han restado los 250 metros cuadrados de la "senyera", ni tantos otros espacios ocupados por coches de los medios de comunicación, policía y/o políticos, los espacios libres delante de las varias cabeceras, árboles, bancos y demás mobiliario urbano.
Tampoco se han restado los metros cuadrados de las aceras laterales de Paseo de Gracia y Gran Vía, por donde se podía transitar tranquilamente (9680 metros cuadrados).
También hay que tener en cuenta que cuando Paseo de Gracia estaba colapsado, Gran Vía estaba prácticamente vacía y que, cuando Gran Vía se colapsó, parte de Paseo de Gracia ya había quedado vacío.
Cerca de 350.000 ¡y gracias! son los catalanes que toda la red subvencionada (La Vanguardia, El Periódico, Avui, El Punt, TV3, Òmnium y el resto de las 1500 sucursales separatistas subvencionadas) puede convocar.
Peor aún resulta para los separatistas el recuento de la empresa especializada Lynce, habitualmente citada por los medios cuando interesa destacar lo relativamente reducido de la asistencia a manifestaciones no gratas al sistema. Según sus mediciones, la cifra total de manifestantes fue de 62.000 (sesenta y dos mil), con una estimación de error al alza del 20% (es decir, un máximo de 74.000).
Parece que, como en los ridículos referenda separatistas de los últimos meses, la participación ha sido tan insignificante que no merece atención. Según el censo oficial de población, en el año 2008 el actual territorio de Cataluña tenía 7.364.078 habitantes. Si se suman los inmigrantes, en particular los mahometanos (a quienes los separatistas se esfuerzan en sumar a sus filas), la población real a esta fecha puede estar en torno a los 8.500.000. Tras casi cuarenta años de control nacionalista de la enseñanza, los espectáculos y los medios, y a pesar del despliegue mediático y económico, de las presiones y chantajes constantes y del apoyo de los más destacados eclesiásticos de la región (los más modernistas de España, junto con los de las Provincias Vascongadas), el porcentaje movilizado resulta escasísimo.