Afirman muchos historiadores que todas las civilizaciones tienen tres etapas que se suceden cíclicamente: Vigor y lucha, plenitud, decadencia. En la etapa de plenitud se consigue el bienestar, al menos en las élites. Se relajan las costumbres, se deja la lucha para los mercenarios. Podemos hablar de una transición desde una etapa masculina a una afeminada. Viene la decadencia con la falta de vigor para defender lo conseguido. Muchas veces acompaña esta etapa el relativismo, el pacifismo, el libertinaje y el hedonismo.
El bienestar ha minado una sociedad y la ha dejado sin fuerzas. Una nueva civilización que vuelve a empezar llena de vigor sustituye a la anterior o la aplasta. El Imperio Romano es el ejemplo más estudiado. También a partir del renacimiento las élites, monarcas y aristocracia, dejaron su función de guerra y lucha para dedicarse a la diversión, la fiesta cortesana y la lujuria sin freno. Fueron defenestrados por la Revolución. En el caso de España, en 1808 el pueblo luchó en forma de guerrillas pero las élites se afrancesaron. Poco después, en la guerra carlista, la aristocracia pacta con la burguesía para quedarse con las tierras de la Iglesia. De momento son las élites las que se han corrompido mientras el pueblo está dispuesto a luchar aunque una parte con ideas equivocadas. Por contra, una vez conseguido el bienestar para la mayor parte de la población ¿Quien estaría dispuesto a dejarlo todo y echarse al monte? Como el joven rico ante Cristo que no está dispuesto a perder sus bienes y seguir a Nuestro Señor en pobreza y trabajos.
Así nuestra lucha se ha reducido a conferencias, artículos y comidas fraternales.También en la Iglesia ha entrado el bienestar y el relajamiento. Cuantos frailes he visto en sillones fumando, bebiendo y viendo la tv. No hay cristianismo sin ascética. Santa Teresa quería virilidad en sus monjas. Otro tanto predicaba Fray Luis de Granada para todo el mundo. Así el bienestar ha destruido nuestro vigor y dejado sin fuerzas. Sólo es posible salvar algo con religiosos de verdadero espíritu ascético y seglares organizados que eduquen a sus hijos lejos del bienestar y en el esfuerzo: la vida sobre la tierra es milicia. Las comunidades rurales fundadas por tradicionalistas son remedio eficaz para este cáncer. Aprendamos de la historia, despertemos y levantémonos a luchar.
Fray Jerónimo
Fray Jerónimo
La Iglesia, con Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo II, han reconocido los grandes logros del mundo actual, el pacifismo como valor, la solidaridad, la tolerancia y el bienestar extendido a toda la población. Este fraile quiere retroceder a la época de las cruzadas. Que reconozca lo mucho de bueno actual. Lea la Gaudium et spes del Concilio. Me asusta la tendencia actual de Benedicto XVI. Nos lleva a ser una minoría a la defensiva. Cuidado.
ResponderEliminarA Leandro Díaz, jesuíta: Lea usted más bien la vida y Constituciones de San Ignacio. Verá como se han apartado del espiritu de combate y de ser la vanguardia de la iglesia han pasado a ser sus demoledores entregándose a falsas filosofías, heregías y diabólica espiritualidad oriental.
ResponderEliminarYa Pio XII reprendió el relajamiento de muchas de sus casas. Primero se relaja la moral y después se pierde la fe.
Sin necesidad de hacer un debate escolástico habria que acotar primero los términos. Aquí se critica el falso "bienestar" puramente materialista, que nos hunde en el más puro hedonismo y en una exaltación anormal de los sentidos. La Iglesia siempre ha luchado por el Bien Común y por la Justicia. Paradojicamente este falso bienestar material se asienta sobre la injusticia e inmoralidad capitalista.
ResponderEliminarAnónimo: Lea el texto de Sto. Tomás. Hasta los deleites lícitos nos inclinan a los ilícitos.
ResponderEliminarEs necesaria una ascética en todo cristiano.
Puntualizo que rechazo la miseria a la que fueron
llevados los jornaleros y los obreros. Los territorios más carlistas eran los de la agricultura del pequeno propietario. Pero este vivía en noble austeridad, esfuerzo, religiosidad y valores tradicionales.
¿Cómo luchamos ahora si no hay freno para todos los deleites al alcance de todos?
La Asociación de Amigos de Savalls nos aderimos unánimemente al texto de Fray Jerónimo. Religiosos como él hacen mucha falta. La jerarquía nos dejó en la estacada en el posconcilio. Dejó de defender los valores por los que luchábamos. Cómo dice el P.Alfredo Saénz la palabra caballero ha pasado a indicar la puerta de un retrete. Dejemos los retretes y luchemos como hombres, alegres incluso en la muerte por Dios y por España.
ResponderEliminarEl historiador Ricardo de la Cierva en su libro "Las puertas del infierno" revela que Karl Rahner, el teólogo estrella del último Concilio, del que 500 teólogos hispanoamericanos dicen que su influéncia para ellos es moyor que San Agustín y Lutero, tuvo un romance durante el mismo Concilio con una mujer. Las apasionadísimas cartas han sido publicadas tras muchos años de obstrucción de la Compañía de Jesús que lo tiene mitificado.
ResponderEliminarSólo una muestra de como andaba todo minado.
Mi sincera enhorabuena por la entrada.
ResponderEliminarEs cierto que el mundo de hoy ha conseguido avances notables en salud, educación y justicia... pero no creo que esto tenga que ver con la austeridad cristiana.
A Leandro Díaz S.I., con todo respeto y afecto. le comentaría que los cristianos somos una minoría en occidente y que estamos siendo hostigados.
Ni de lejos estamos en un entorno similar a la alta edad media con sus cruzadas... sino que estamos en un entorno paganizante-anticristiano similar al que vivieron los primeros cristianos.
Fíjese como ofrecen vivir dentro de una sociedad tolerante-hedonista, llena de placeres y bienestares, a cambio de renegar de nuestro cristianismo radical.
No crea que es fácil sustraerse de tan suculenta oferta,... solo nos piden arrodillarnos ante el Cesar.
Dios les bendiga :)
"Los pueblos, como los peces, empiezan a pudrirse por la cabeza" (Proverbio chino)
ResponderEliminarEl bienestar viene dado por el consumismo y este favorece los vicios por lo tanto es inhumano. Si el hombre entonces sólo debe producir lo que necesite para subsistir ¿no hay progreso material en el catolicismo? La conquista de América supuso la creación de riqueza ¿es por tanto inmoral esta?
ResponderEliminarSaludos en Xto
Al último anónimo: Le recomiendo revisar la historia de España para ver que la llegada de la plata de América supuso tal subida de precios que fue la ruina de España y su industria. Al final la riqueza de América fue utilizada para la defensa de la cristiandad al precio de seis bancarrotas del Estado en pleno siglo de oro. La riqueza y bienestar espiritual con la verdadera religión fue la verdadera aportación española.
ResponderEliminarEs cierto que en el orden material se liberó a muchos pueblos de la esclavitud azteca, por ejemplo, y de diabólicas y crueles religiones, y también las aportaciones culturales y civilizadoras.
La riqueza no es inmoral en si misma sinó su mal uso, pero estremecen las palabras de Cristo: "Es más difícil que un rico se salve que un camello pase por el ojo de una aguja".
Una puntualización a Andrés:
ResponderEliminarLa llegada deplatra de América no es "la riqueza". De hecho ese incremento de masa monetaria es la razón de nuestra dreriva económica en esos siglos. Fue riqueza en Flandes (en toda Europa) porque -allí sí- supuso una demanda que favoreció la creación industrial y el comercio (la riqueza)
Por cierto, eso de que la entrada de dinero provoque crisis, ya ves que no es nuevo. Hoy, si miramos a los países que están en peor situación de la UE, veremos que son precísamente los que han recibido mayores aportaciones (y peor los que se han endeudado simultáneamente para satisfacer el café para todos)
Nihil novum sub solem
Otra cosa: las escrituras se refieren según el magisterio a una aguja de un pueste, no a una aguja de coser. Maldito libre examen.