La reciente prohibición del arte de la tauromaquia, por la falsa e ilegítima Generalitat anticatalana, nacionalsocialista y al servicio del mal común nos obliga en conciencia a denunciar:
1. El arte de las corridas de toros es un arte esencialmente catalán. El toreo a pie se inició en la Corona de Aragón antes que en Castilla. Su prohibición es un atentado cruel a la identidad y a las tradiciones catalanas.
2. Todos los argumentos antitaurinos están viciados de inicio por la aberración de situar a los animales a la misma altura que al hombre, algo radicalmente falso desde el punto de vista zoológico como teológico (el hombre es "rey de la creación"). Además en la práctica esta equiparación es teórica, pues en la actualidad el hombre recibe un trato mucho más vejatorio, especialmente con el abominable crimen abortista, que los animales. Especialmente el toro bravo recibe un trato mucho más privilegiado que cualquier animal salvaje o en cautividad.
3. Esta casta política anticatalana solo ha sido movida por el intento de romper cualquier vínculo de unidad cultural con el resto de las Españas (el arte de las corridas de toros es común a casi todas las Españas, pero no a su totalidad), aunque para ello haya tenido que acabar con un símbolo tan claro e importante de catalanidad. La "libertad de voto" ha sido una enorme farsa, libertad que no conceden los partidos en temas mucho más graves. En plena crisis económica se van a terminar con 200 empleos directos y más de 500 indirectos que crea la Plaza de Toros Monumental de Barcelona, una de las más importantes del mundo. En el colmo del cinísmo no han rechazado los correbous donde en muchos casos, debido a la falta de orden y reglamentación que sí están presentes en el arte de las corridas de toros, el toro sí que sufre auténticas vejaciones.
Para comprender el sentido auténtico del arte de las corridas de toros publicamos muy complacidos una colaboración de un correligionario carlista, catalán y aficionado al arte.
LO HEROICO, LO TRÁGICO Y LO GUERRERO EN LA TAUROMAQUIA1. El arte de las corridas de toros es un arte esencialmente catalán. El toreo a pie se inició en la Corona de Aragón antes que en Castilla. Su prohibición es un atentado cruel a la identidad y a las tradiciones catalanas.
2. Todos los argumentos antitaurinos están viciados de inicio por la aberración de situar a los animales a la misma altura que al hombre, algo radicalmente falso desde el punto de vista zoológico como teológico (el hombre es "rey de la creación"). Además en la práctica esta equiparación es teórica, pues en la actualidad el hombre recibe un trato mucho más vejatorio, especialmente con el abominable crimen abortista, que los animales. Especialmente el toro bravo recibe un trato mucho más privilegiado que cualquier animal salvaje o en cautividad.
3. Esta casta política anticatalana solo ha sido movida por el intento de romper cualquier vínculo de unidad cultural con el resto de las Españas (el arte de las corridas de toros es común a casi todas las Españas, pero no a su totalidad), aunque para ello haya tenido que acabar con un símbolo tan claro e importante de catalanidad. La "libertad de voto" ha sido una enorme farsa, libertad que no conceden los partidos en temas mucho más graves. En plena crisis económica se van a terminar con 200 empleos directos y más de 500 indirectos que crea la Plaza de Toros Monumental de Barcelona, una de las más importantes del mundo. En el colmo del cinísmo no han rechazado los correbous donde en muchos casos, debido a la falta de orden y reglamentación que sí están presentes en el arte de las corridas de toros, el toro sí que sufre auténticas vejaciones.
Para comprender el sentido auténtico del arte de las corridas de toros publicamos muy complacidos una colaboración de un correligionario carlista, catalán y aficionado al arte.
«Los toros son la fiesta más culta que hay en el mundo»
Federico García Lorca
«Si nuestro teatro tuviese el temblor de las fiestas de toros, sería magnífico. Si hubiese sabido transportar esa violencia estética, sería un teatro heroico como La Iliada... Una corrida de toros es algo muy hermoso»
Ramón María del Valle-Inclán
Desde el punto de vista natural existe la certeza absoluta de la muerte como fin necesario de la vida. El sociólogo catalán Javier Barryacoa en su magnífico ensayo "Tiempo muerto" ha recordado como un filósofo a medio camino entre lo moderno y lo postmoderno como Heidegger ya señalaba, en línea con un pensamiento clásico, que una de las diferencias esenciales del hombres respecto del resto de los animales es que el hombre tiene conciencia de su propia muerte. Pero distinguir entre el hombre y otros animales se ha vuelto ofensivo en nuestro tiempo.
Las paradojas del devenir moderno hacen coexistir los mayores ataques a la vida humana (aborto, eutanasia, drogas, terrorismo, explotación, etc...) con un desenfocado cuestionamiento de las tradiciones en las que se produce la muerte de los animales. Y en el fondo late la paradoja postmoderna: el hombre decadente postmoderno está preso de la angustia por conciliar el progreso colectivo con la decrepitud individual, lo que se acompaña de fenómenos tan sorprendentes como la creación de cementerios de mascotas y la tendencia a eliminar los cementerios humanos por la creciente moda de la incineración. El hombre pretende dejar de ser mortal al haber iniciado una deconstrucción de los símbolos de la muerte; una extraña forma de buscar la inmortalidad. En este contexto cualquier aliento de trascendencia, heroicidad o tragedia choca con las paradojas presentes, lo que explica en gran medida el desenfoque con que se trata la tauromaquia.
Sin lugar a dudas en el carácter heroico del toreo reside la mayor dignidad de la fiesta. El torero en la lidia justifica el inmenso acervo natural y ecológico que supone la cría del toro bravo; bella especie endémica y autóctonamente española cuya preservación depende del toreo. Con su arte despierta los sentimientos y sensibilidades más recónditos. Pero es por el carácter cruento del espectáculo, en un enfrentamiento directo entre el hombre y la bestia, por lo que la emoción traspasa su carácter meramente estético para generar un sentimiento que nos reencuentra con la principal certeza de lo que nos rodea: la muerte como fin necesario de la vida. Y el torero, siendo consciente de esta realidad inmanente se enfrenta a cada pase con la muerte, intenta dominar la bravura natural del toro con su arte y nos reencuentra con lo trascendente.
Y es que la fiesta de los toros está inequívocamente unida a la trascendencia, idea esta que tanto parece doler a la sociedad decadente que nos circunda. Los ritos y gestos formales son patrimonio del arte y la vergüenza torera. El primer rezo, como si de maitines tardíos se tratara, es al filo del mediodía. La habitación donde el torero se viste se transforma en una pequeña Catedral donde el mozo de espadas hace las veces de sacristán. Se disponen dos altares: uno con las imágenes por las que siente devoción el maestro y en el otro la silla ya hecha con el traje de luces. Rodilla en tierra clama al cielo con sus plegarias, mientras se procede a vestir con su luminosa mortaja. El torero se desposa con la muerte cuando toma la determinación de desarrollar esta profesión, y lejos de unirse a ella con temeridad o riesgo injustificable se pone en manos de Dios y a Él pide suerte. Al pasar el umbral del portón de entrada y con carácter preferente al de cualquier otra cuestión es de recibo la visita a la Capilla. Cuando los alguacilillos despejan la plaza y desde el portón de cuadrillas se abre el paseíllo el matador se sumerge en su intimidad, alza la mano y desea a sus compañeros "que Dios reparta suerte"... Se suceden un sinfin de persignaciones.
José Gomarusa en su Carta apologética de las funciones de toros de 1793 desecha con severidad la insinuación de que las corridas de toros procedan del circo romano y sitúa su origen en las «necesidad de templar el ánimo militar», explicación común a apologistas previos y contemporáneos. Esa nobleza guerrera y artística que se mostraba en las pinturas rupestres de las cuevas de Altamira y en los símbolos tauricos de la Legio VIII Hispana, se conecta hace seis mil años en Creta, radiante cuna de la civilización pre-helénica, donde se celebraba el culto al toro con ejercicios taurinos. En Tesalia, las tauro-catapsias eran análogas a la tienta hispánica y a la ferrade de la Camarga, en tierras occitanos. Y así hasta que el Papa Clemente VIII reconoce que las corridas son una escuela de valor, y que pertenecen al patrimonio de España.
Ese carácter guerrero y heroico, traspasado por lo trágico, reside la esencial legitimidad moral de la Fiesta. En ese reencuentro y llamada continúa con la muerte el hombre se reencuentra con la vida, porque al dar muletazos a la muerte la misma se afronta con naturalidad, no escamoteándola ni ignorándola, preparándose debidamente con la invocación a Dios si sucede el hecho del fatal desenlace. Esta actitud encierra uno de los mayores misterios de la tauromaquia. ¿Qué hace a un hombre sobreponerse de una herida de veinte centímetros, atarse un rudimentario torniquete, y volverse a enfrentar a un toro mucho más pesado y mucho más rápido que él y que sigue contando con unas mortales defensas? ¿Qué hace a un hombre tener la sangre fría de templar a la bestia y dirigirla a su antojo? Recientemente el afamado y prestigioso veterinario Juan Carlos Illera tras cinco años de exhaustivo trabajo ha demostrado científicamente como la betaendorfina -hormona que segrega el organismo del toro- bloquea los receptores del dolor hasta que llega un momento en que el sufrimiento del toro puede llegar a ser casi nulo. Pero lo más llamativo es que el estudio, realizado desde un afán totalmente ajeno a cualquier interés promocional de la tauromaquia, ha suscitado el interés de la comunidad médica: «Los cirujanos de una plaza de toros nos comentaron el año pasado que era más que posible que la misma reacción hormonal que tenían los toros ante el dolor la tuviesen los toreros. El vídeo con el que los cirujanos trataron de probar esta teoría mostraba cómo un diestro había conseguido acabar la corrida con el puyazo de un toro en el pecho. La cornada había sido tan brutal que cuando le abrieron la chaquetilla en la enfermería, la piel se separó dejando ver el movimiento de los pulmones. Además le cosieron sin ningún tipo de anestesia, porque así lo pidió él, y sin que su cara mostrase el más mínimo signo de dolor».
Lo que subyace en cualquier crítica al arte de la tauromaquia en una visión distorsionada del orden natural. El igualitarismo liberal de la revolución francesa impuso un intento utópico de igualdad entre los hombres mediante la guillotina, intentando igualar a todos a la baja. El fervor de estas ideas sigue vigente y avanzado y hoy nos quieren animalizar, igualándonos a las bestias. Quieren degradar al hombre privándole de ser rey de la creación. Y la actual mentalidad postmoderna no puede soportar que el respeto y la sinceridad ante el hecho implacable de la muerte esté revestido de tal fuerza heroica y estética. Por el contrario la tauromaquia permanece altiva siendo uno de los últimos vestigios de momentos civilizacionales y culturales superiores a la mediocridad y el cinismo presente. En los que el respeto a la muerte y el temor de Dios se conjugan con el enfrentamiento con el toro.
Viva la Fiesta Imperial:
ResponderEliminar¡La Fiesta que se celebra en Las Españas grandes! En España y Portugal, en el Rosellón y la Cerdeña –ocupadas por ahora por Francia–, en el Protectorado de Marruecos –Plaza de Toros de Tánger–, ¡en Colombia, en el Ecuador, en México, en el Perú y en Venezuela!
VIVA EL IMPERIO / VIVAN LOS TOROS
La fiesta de los toros es una tradición fuertemente hispánica. El intento de los nacionalistas catalanes es des-hispanizar Cataluña, arrancándole sus más profundas tradiciones. Este es el signo del nacionalismo, ignorar las verdaderas tradiciones catalanas como la ancestral de los toros, para inventarse una nueva "identidad" catalana, anti-histórica, pero politicamente correcta al gusto de los nacionalismos románticos; es decir RECREAR Cataluña a su gusto y a base de legislar desde el Parlament. Es la vieja aspiración "iluminista" de crear un "hombre nuevo", en este caso "nación nueva" a base de leyes, prohibiciones, subvenciones etc...Recrear Cataluña según su visión ideológica, sin importarles la verdad, la historia, la Tradición.
ResponderEliminarInventarse una Nación contra la Tradición.
Una fiesta tan hipánica, a la vez que catalana, como la fiesta de los toros, no encaja en los esquemas reduccionistas y artificiales del nacionalismo de laboratorio. Su prohibición es un atentado a la libertad e identidad de Cataluña.
Esta prohibición es una más en la escala de división entr españoles que pretenden sembrar los nacionalistas (prohibición de rotular en castellano, prohibición de llevar la bandera de España en los taxis, etc.), pero también hay que verlo como un síntoma del debilitamiento y amariconamiento de la sociedad. La naturaleza está llena de momentos mucho más violentos: depredaciones, lucha por la supervivencia, enfrentamientos por la hembra, etc... Estos urbanitas asquerosos que la montan a costa del arte del toreo son unos cretinos integrales, fundamentalistas del buenismo fuera de la realidad que prohibirían a los lobos matar y comerse a sus presas o que dos ciervos se peleasen por una hembra (en esto además verían un injustificable caso de machismo).
ResponderEliminarMe da mucha pena lo de Cataluña, ha sido la puntilla a muchos años de persecución de la Fiesta. Ya antes acabaron con la enorme popularidad del Boxeo. Estos pacífistas amariconados quieren una sociedad blandengue, decadente, la sociedad de "ETA aquí tienes mi nuca", una sociedad que será incapaz de responder a una invasión extranjera o a una agresión armada foránea.
El fin de la Fiesta en Cataluña ha sido paulatino, a base de ir poniendo trabas poco a poco e impidiendo la dignificación de la afición. Barcelona ha sido una de las ciudades más taurinas del mundo, en los setenta tenia dos plazas de Toros en funcionamiento (durante un tiempo incluso hubo tres, con la Plaza del Torín de la Barceloneta) y se celebraban más de 150 festejos al año con lleno casi absoluto. En la Plaza de Santa Eugenia en Gerona se congregaban más de 8.000 aficionados hasta muy poco. Pero con la instauración de la falsa Generalitat partitocrático empezaron enseguida los problemas y las imposiciones. Pero la persecución es general en toda España, ya las cadenas nacionales ni retransmiten corridas y desde el 2004 se acabó con Tendido Cero, uno de los mejores programas taurinos de la Historia. En Cataluña empezaron quitando toda ayuda pública a las escuelas taurinas de Cataluña (cuando la falsa Generalitat tira el dinero público en tonterías y es el gobierno regional que más subvenciones otorga, muchas de ellas fuera de Cataluña, especialmente en el Reino de Valencia y Baleares) con lo que se malograron muchos prometedores diestros (los inicios en el toreo son dificilísimos, y más cuando casi todos los que empiezan son de extracción muy humilde) o se vieron obligados a labrarse un futuro lejos de Cataluña. Después a mediados de los 80 empezaron con un nuevo reglamento que ponia pegas tanto a los aficionados como a los profesionales, así como con una serie de tributos municipales creados ad hoc para las plazas de toros que supusieron un notable aumento del valor de las entradas (en Cataluña son los más caros de España). Una nueva reforma aún más represiva impedía a los menores de 14 años asistir a las corridas de toros. Después vino la consabida persecución pública y descarada, las ilegales manifestaciones de gentes venidas de fuera (muchos extranjeros) en la puerta de la Monumental, llegando a la agresión a los aficionados. La puntilla esa falsa iniciativa legislativa popular que ha recogido mayoritariamente firmas de gentes no catalanas, contraviniendo su propia ley. Y como represalia por el fervor patriótico que se ha vivido estos días en Cataluña los nacionalistas y socialistas no han dudado en destruir uno de los símbolos más significativos de la catalanidad. Y eso que durante mucho tiempo los nacionalistas catalanes (como los vascos) fueron grandes aficionados a los toros.
ResponderEliminarA mi la verdad es que las corridas de toros me dan bastante igual, pero me parece una soberana injusticia que se prohiban en Cataluña mientras nuestros barrios están llenos de mezquitas y minaretes (un referéndum tenian que hacer sobre eso, como en Suiza) y la banda criminal armada de los latin kings son ¡una asociación cultural!Si algo habria que prohibir y perseguir es eso. Que Cataluña tan triste y penosa tenemos hoy en día...
ResponderEliminarLeo en algún foro esta lindeza:
ResponderEliminar"lo que realmente se decide, no se trata de tauromaquia si ó tauromaquia no. Sino una españa de futuro, progreso y europeista ó por lo contarrio una España de futbool toros y pandereta".
FUTURO: ¿que futuro?, el de las prohibiciones,totalitarismos politicamente correctos,"civilizarlos" por decreto ley???
PROGRESO: ¿hacia donde?, a una sociedad de pensamiento débil, sin pulso, decadente que equipara derechos a las personas y a los animales, con un fin iluminista, naturalista y en útlima instancia anti-católico. Una verdadera revolución cultural y antropólógica de imprevisibles consecuencias.
EUROPA: la hija de la reforma protestante, la ilustrada y decadente, la cívica positivista...pero la del aborto, la eutanasía, de los lobys aberrosexualistas, matrimonios homosexuales...eso si no tires un papel al suelo!!!...la europa capitalista
Y la España imperial, ancestral y tradicional; la de la VERDAD Y LA JUSTICIA.
TOROS CONTRA EUROPA!!!!!!
POR NUESTRA IDENTIDAD HISPÁNICA....VIVAN LOS TOROS!!!!!!!!!!!!
¿Pero quien es el estado o el parlament para prohibirme fumar un puro o ir a los toros?
ResponderEliminar¿van a prohibir cazar y comer carne?
pero a que "civilización" nos quieren meter esta gente.
VIVA EL SENTIDO COMÚN!!!!
Los animales no tienen "derechos", no son sujeto de los mismos, lo cual sería una aberración jurídica y filosófica. El intento de dotar de derechos a los animales es un intento de filosofías de raíz naturalista y panteísta de claro planteamiento neo-pagano, de imprevisibles consecuencias porque su único fin lógico es el rebajamiento de la verdadera dignidad de la persona humana.
ResponderEliminarSólo quiero recordar que el mismo HITLER, era un "animalista" y los grupos neonazis son defensores de la abolición de las corridas de toros y partidarios de ese mismo "animalismo" 8sólo hay que darse una vuelta por la red para comprobarlo); y eso no les impedía a Hitler y a sus seguidores ser partidarios del aborto, la eugenesia y el racismo biológico: Todo basado en ideas "naturalistas" de origen igualmente pagano.
El camino es muy peligroso.
El evitar el maltrato, la crueldad contra los animales y el resto de la creación, no se basa en esos pretendidos "derechos" de los animales, sino en el compartomiento moral del propio hombre que le prohibe la crueldad, por ejemplo, pero la fiesta de los toros, no entra en esos parametros porque pertenece al campo de los simbólico, cultural, ritual...en todo caso su desaparación no debe ser producto de prohibiciones de tipo "iluminista" donde un grupo de "iluminados" evolucionados" "concienciados" etc intentan imponer sus creencias naturalistas al resto de la comunidad.
"Rodilla en tierra clama al cielo con sus plegarias, mientras se procede a vestir con su luminosa mortaja." ¡Qué bonito! Me permito copiar un comentario que hice hace algún tiempo en otro sitio:
ResponderEliminar"...le diré la principal razón por que los toros me parecen algo deseable.
La compasión hacia toda la Creación, por supuesto incluidos los animales, es algo a lo que debemos aspirar, sin duda. Nadie duda que la compasión no excluye servirse de la función natural/biológica de los organismos (es decir, comer carne o vegetal para seguir viviendo, según el "ciclo de la vida"), sino más bien se trata de hacerlo desde una actitud de agradecimiento y solidaridad (a nuestra vez también seremos "comida") y no de dominio o crueldad. El ejemplo de san Francisco de Asís tiene un gran valor, y también lo tiene el (ficticio, quizá) del protagonista de "El último de los mohicanos", que agradece al ciervo que acaba de cazar el prestarse para ser su alimento. Por tanto, siempre que se vaya a aprovechar su carne posteriormente, la queja no parece ser que se mate al toro, sino cómo se hace.
Dicho esto, mi juicio (personalísimo, reconocidamente poco racional) al respecto, es el siguiente: la manera de matar al toro me parece la mejor que hay, pues rebosa de heroísmo tanto por parte del toro como del torero. Es casi ridículo, quizá, pero siempre he sido admirador del heroísmo personal, como algo valioso en sí mismo, independientemente de su causa, ya venga de amigo o enemigo. En esto creo que soy, si nada más, humano. Y creo que esta actitud es, en sí misma, tradición (de la buena, de la que encierra sentido). Creo que éste es el verdadero valor simbólico que encierra la representación ritual de la victoria del hombre contra la bestia. Al ver que los héroes de la juventud hoy día lo son por tener dinero o salir en la tele, doy gracias a Dios por que en la Hispanidad se conserven los toros.
Así, creo no ser hipócrita si digo que me solidarizo con el toro: me imagino en su lugar, y prefiero sin dudarlo la muerte sangrienta y valiente de la lidia a un sacrificio de matadero con, posiblemente, menos dolor, pero sin la posibilidad de ser amo de mi suerte durante unos minutos.
PD. Me contestarán, como hacen casi todos, que si ese es mi parecer, por qué no defiendo los juegos de gladiadores. Me anticipo y digo que la diferencia es fundamental: la lucha gratuita a muerte entre dos humanos es homicidio. Al que le escandalice que considere la dignidad humana por encima de la animal (pues si los gladiadores son homicidio, los toros tauromaquia), simplemente añado que el gladiador muerto no es aprovechado como alimento, por lo que las luchas ni siquiera estarían en armonía con las "leyes de la naturaleza".
Fragmento de la Agencia Faro: ABORTO Y TOROS
ResponderEliminar"Monseñor Ignacio Barreiro Carámbula, director de la oficina romana de Human Life International y uruguayo de origen español, afima que la prohibición de las corridas de toros en España, como la prohibición de la caza del zorro en Gran Bretaña, al mismo tiempo que esos gobiernos promueven el aborto, representan el triunfo de nuevos valores morales inventados, basados en arbitrarios caprichos "progresistas" y en pasajeras modas sociales.
Monseñor Barreiro declaró a LifeSiteNews.com (LSN) que la prohibición de las corridas de toros y la promoción del aborto forman parte del proyecto de reingeniería social liberal que la extrema izquierda está llevando a cabo en España.
Barreiro afirmó que "a gran parte de las personas en favor de los derechos de los animales no les preocupa en absoluto los derechos de los no nacidos". Los que votaron a favor de la prohibición de las corridas de toros, dijo, pertenecen a la izquierda progresista, los mismos que han presionado para expandir el aborto y el aberrosexualismo.
"Todo esto se basa en una ideología errada", afirmó. "No se debe tratar a los animales con crueldad; pero los animales no tienen derechos. Los derechos son inherentes a la persona humana; desde el momento de la concepción, tenemos un ser humano que tiene derechos. A los animales debe tratárselos con respeto, pero no son sujeto de derechos".
"Es irónico que estas personas protejan derechos inexistentes y simultáneamente 'olviden' los verdaderos derechos de los seres humanos. Y se olvidan del más básico de todos los derechos, que es el de la vida", declaró Barreiro.
Barreiro añadió que los esfuerzos para prohibir antiguas tradiciones culturales como las corridas de toros y la caza del zorro son tarea favorita de los "progresistas" liberales y socialistas. "Las corridas de toros son parte de la tradición española", afirmó. "Es una costumbre española muy antigua que tiene que respetarse. Es un espectáculo viril, y los espectáculos viriles por supuesto conllevan riesgos".
Lo comparó con la decisión del Partido Laborista de Tony Blair en Gran Bretaña de prohibir la caza del zorro basándose en los "derechos de los animales", al mismo tiempo que impulsaba la liberalización del aborto y la investigación con células madre de embriones. Barreiro lo atribuyó a la creación de "nuevos valores morales" que se basan en modas arbitrarias y pasajeras en vez de en normas filosóficas perennes.
"Se acuñan nuevos valores morales que no forman parte del Derecho Natural, y los verdaderos principios se destruyen o no se reconocen".
"Los socialistas y los liberales están empeñados en acabar con las costumbres tradicionales y con las instituciones de la sociedad".
"Se trata en realidad" afirmó, "de la protección de los animales contra la falta de protección de los niños. Pero debe destacarse que esta política de los distintos gobiernos socialistas y liberales, de destruir las legítimas tradiciones culturales de las distintas naciones es plenamente consciente".
Sigue el acoso a los aficionados a la Fiesta en la Monumental. Ayer los antitaurinos, crecidos por la prepotencia de la prohibición, se organizaron para acosar y agredir a la gente que compraba entradas. Afortunadamente no somos mancos y hubo respuesta a la provocación. Ayer por cierto el diestro albaceteño Miguel Tendero INDULTÓ a un astado de su lote, para que se vea la ABSOLUTA MENTIRA del maltrato. Ese toro picado y banderilleado (para que se vea que esas heridas para nada son mortales) ahora vuelve en premio a su bravura, a la dehesa, a disfrutar del trato más privilegiado que se dá a cualquier animal. Mientras tanto en Castelnou de Seana políticos de CiU que votaron contra los toros tienen participaciones una granja de pollos en la que se hacinan las aves de manera repugnante para ser sacrificadas a los pocos días de vida. Esta es la hipocresía y la prodredumbre moral de la "europeización" de Cataluña.
ResponderEliminarComo recogen en su portada muchos periódicos el diestro Miguel Tendero tras indultar al toro de su lote y dar la vuelta al ruedo con las orejas y el rabo de pega besó la Senyera catalana, en un bonito gesto de amor a Cataluña. Esto me recuerda al gran José María de Cossío, el intelectual que más hizo por los toros en la segunda mitad del siglo XX y cuya monumental obra "Los Toros" (entre cuyos inciales colaboradores estaba el poeta comunista Miguel Hernández) es la pieza clave de referencia sobre la Fiesta. Pues bien Cossío era un enamorado de Cataluña, pese a ser pucelano, así como un destacado seguidor del F.C. Barcelona siendo uno de los principales oradores en la inaguración del Camp Nou. Precisamente un gran presidente del Barça como Enric Llaudet (de destacada familia nacionalista) era otro gran aficionado a los toros. Como también lo eran los nacionalistas Lluis Companys (que incluso presidía las corridas) y Francesc Macià. Así como Josep Maria Poblet, presidente del parlamento catalán en los ochenta. Lo que se ha hecho con esta prohibición es una horrible barbaridad.
ResponderEliminar¿Y qué pasa con la llamada "fiesta del cordero" que celebran los moros de las narices? El cordero se desangra lentamente durante diez minutos hasta que no le queda nada de sangre en el cuerpo en una agonía brutal e innecesaria. En las matanzas típicas españolas al cerdo se le deguella pero no dura tanto la agonía, más o menos dura como la de un toro de lidia... esperemos que no nos prohiban comer jamón. Pues en Cataluña muchos ayuntamientos gobernados por PSC, CiU y ERC financian a los moros de las narices esta estúpida práctica.
ResponderEliminar"The greatness of a nation and its moral progress can be judged by the way its animals are treated."
ResponderEliminar- Mahatma Gandhi
Como se puede ser tan inhumano para torturar y matar animales de como espectáculo. Una razon de más para separarnos de esta españa abominable y salvaje. Es más, como se puede, en pleno siglo XXI, seguir defendiendo una forma de desgobierno tan injusta y anacrónica como la monarquia? alucino con vosotros...
Se refiere a Gandhi, el que despreciaba a los negros y tenía ideas segregacionistas y racistas hacia ellos; el que maltrataba a las mujeres y se acostaba desnudo junto a niñas, incluida su sobrina; el que defendía el no resistirse al nazismo, con frases como:
ResponderEliminar"Dejen las armas, por cuanto éstas no van a servir para salvarles a ustedes ni a la humanidad. Deben invitar a Hitler y Mussolini a que tomen todo lo que quieran y de sus países. Si ellos quieren ocupar sus casas, vayánse de ellas. Si no les permiten salir sacrifíquense a ellos"
y sobre que los judios no debían resistirse a Hitler escribió:
"Y sufrir voluntariamente les traerá una fuerza y alegría interior... la violencia calculada de Hitler puede resultar en una masacre general de los judíos en respuesta a esta declaración de hostilidades. Pero si la mente judía pudiera estar preparada para el sufrimiento voluntario, incluso la masacre que he imaginado podría convertirse en un día de acción de gracias y de alegría de que Jehová a acogido a la raza, incluso a través de las manos de un tirano. Para el temeroso de Dios, la muerte no conlleva terror".
Muy bien, ese "animalismo" ya se ve a que conduce al pacifismo decadente de dejar el mundo en manos de los locos y los opresores, una filosofía, por otra parte totalmente opuesta a la tradicional de los pensadores catalanes tradicionales como Jaime Balmes, sin ir más lejos, pero claro ustedes dan la espalda a su tradicón para ir detras de las doctrinas "orientalistas" que ya se ve como han dejado esos paises.
Y dale, señor anónimo, la Fiesta de los toros es una fiesta de larga tradición hispánica, de todas las Españas, según usted Cataluña ha sido "abominable y salvaje" durante siglos, es por ello que los nacionalistas reniegan de todas las tradiciones de nuestro pueblo y de toda su historia, para inventarse otra. Pues muy bien, pero no se llamen "patriotas" sino traidores.
En cuanto a la Monarquía, sólo decir que lo verdaderamente injusto y anacrónico es este sistema plutocrático donde el poder real esta oculto, sin rostro y control dirigiendo unas oligarquías partitocráticas a su servicio. Este es el sistema donde no hay representatividad real. La Monarquía hace visible el poder y lo encarna al servicio del bien común y de la libertades reales. Hablo de la Monarquía Tradicional, claro, lo que hoy padecemos NO es más que una república coronada al servicio de la finanza y de las ideologías disolventes.
Gandhi el que dijo de Mussolini:
ResponderEliminar“Él es un verdadero superhombre, alguien inalcanzable. Es el nuevo Mazzini de Europa”
De hecho hasta los grupos neo-fascistas lo alaban (ver enlace): en este enlace podemos ver una foto de Gandhi rodeado de las juventudes Fascistas:
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?p=9230860&sid=48fa2d3c95e1d04c5e10c67321d0fe92
Gandhi visitó a Mussolini en Roma en 1931. A diferencia de Churchill, que sentía desprecio por el pacifista y lo tildaba como "ese fakir desnudo", el Duce le tenía un profundo respeto. Gandhi fue recibido en la residencia personal de Mussolini, y fue el invitado de honor de un gran desfile de la Juventud Fascista, que lo recibió con el tradicional saludo romano. Posteriormente, Italia no dudó en ayudar económicamente al movimiento patriota indio, una ayuda que fue vital para continuar la resistencia
Ya vemos como las ideas "naturalistas" y "animalistas" tienen la misma raíz filosófica que el fascismo y el nazismo...curiosa coincidencia.
Ni soy aficionado ni pienso que los toros representen la esencia de España. Ahora bien leyendo su artículo coincido plenamente con sus argumentos y me han abierto los ojos sobre determinadas características de la lidia en que no habia reparado. Muchas gracias.
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