No somos muchos. Ni siquiera los suficientes. Pero apremiados por la íntima convicción de que la Tradición es la Esperanza para España y su salvación no pudimos dejar de librar nuestro humilde combate en las calles.
He perdido la cuenta de cuantos días enteros y noches en vela, en franca camaradería, hemos pasado llevando el mensaje de la Tradición por las calles y tierras de las Españas. No nos resignamos a que nuestra convicción se quedará en el interior de nuestros Círculos y salimos a proclamar con nuestras pequeñas fuerzas la solución a los problemas de la Civilización y de la Patria. Mientras desgranabamos el Santo Rosario, y al amparo de la protección de Ntra. Señora, a la que invocamos al inicio y al fin de cada jornada. Repartimos nuestra propaganda en puestos, tomando la tensión a los problemas que asolan a nuestros compatriotas y encontrándonos muestras de viva simpatía. Como si en los más profundo del alma española siguierá latiendo la llama de la Tradición.
En otras ocasiones hemos tenido que topar, inevitablemente, con los sectores más degenerados y moralmente destruidos de nuestra sociedad. El encontronazo ha sido inevitable. Así como con celosos funcionarios empeñados en negarnos espacios de libertad en esta democracia al servicio de la destrucción de España, que nos han multado, detenido y requisado material.
En otras ocasiones nuestro mensaje se ha visto reflejado en las paredes a través de adhesivos, carteles o pintadas. El periódico-mural Lealtad Catalana, las primeras campañas de las JTE en 1999 ("España Vive, el Carlismo continúa"), la gran campaña carlista contra la Constitución Europea, las campañas electorales de la CTC y el Tercio Católico...
En esta lucha desigual, de David contra Goliath, hemos pasado momentos inolvidables, llenos de alegría y también de sacrificio. Hemos renunciado voluntariamente a los frívolos entretenimientos de las gentes de nuestra generación y a todo lujo superficial para hacer miles de kilómetros y pasar jornadas de hermandad con nuestros correligionarios de todas las Españas: Montserrat, Isusquiza, Quintillo, Chartres, Liria, Albacete, el camino de Santiago con S.A.R. Don Sixto en 2004, el Cerro de los Ángeles, la Jura de la Unidad Católica en Navarra, el 18 de julio en Asturias, etc. Reuniones de trabajo, juntas, asambleas, conferencias, congresos, manifestaciones por la vida, la familia, contra la rendición del gobierno ante el terrorismo, etc.
Sirvan estas humildes líneas de elogio de una juventud militante en las sagradas banderas de la Tradición, con el propósito firme de que no nos rendiremos jamás.
En gratitud a todos los miembros de las Juventudes Tradicionalistas de España...
"La Victoria pertenece a Dios. A nosotros sólo nos corresponde la Gloria del Combate."
Las JTE han marcado un hito en la historia reciente del Carlismo en cuanto a constancia militante. Gracias a ellos durante muchos años se siguiño viendo ininterrumpidamente propaganda carlista por toda Cataluña. Espero que la nueva generación que viene siga en tan buena línea.
ResponderEliminarBravo por esas Juventudes Carlistas que tanto han luchado y seguirán luchando.
ResponderEliminarEste texto me ha traído muy buenos recuerdos... Seguro que la nueva hornada, tan prometedora, de jóvenes carlistas lo hace mejor que nosotros, pero pese a todo allí estuvimos y seguimos estando.
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