BREXIT: EL PUEBLO NO TEME AL
LEVIATAN
La
motivación mayoritaria de los partidarios de la salida del Reino Unido de la UE
ha respondido a un puro nacionalismo británico muy arraigado entre las clases
populares fundamentalmente inglesas. Sin embargo los pequeños grupos
tradicionalistas de las islas también han tomado partido por el Brexit por los
mismos motivos por los que lleva luchando el carlismo contra la europeización
de España. El propio Don Sixto Enrique de Borbón ha mantenido esa relación
entre carlistas y jacobitas que tuvo su momento más acentuado durante la III
Guerra Carlista. Primero por su sangre, por ser descendiente de los Estuardo
por su abuelo el Duque Roberto de Parma. Y por su presencia en diversas
actividades jacobitas, como la Cena de la Rosa Blanca de la Royal Stuart Society
en 1989, cuando la misma era mucho más combativa y a ella pertenecían varios
carlistas. La misma tuvo lugar en el Brown’s Hotel, donde en el siglo XIX se habían alojado
varios miembros de la Dinastía legítima española.
El Brexit
supone una gran noticia, pues demuestra que las estructuras políticas de la
postmodernidad son débiles, pese a su apariencia de leviatanes. Pone de
manifiesto además las contradicciones intrínsecas del paradigma democrático. Y
pone a la vista muy claramente el carácter antipopular de las estructuras
burocráticas de la UE. Sus principales defensores, en los oscuros centros de
poder financiero de la City, demuestran que la burocracia europeísta está
controlada por élites dependientes del dinero. Las cuales se abrazan con el
pensamiento débil y líquido del progresismo multiculturalista. El peligro de
islamización anejo a estos paradigmas ha pesado mucho en la opción mayoritaria
por el Brexit.
El modo en
que se produjo la integración británica en la UE hace que este golpe no haya
sido lo suficientemente letal. Los carlistas llamamos al pueblo español a que
se movilice para vencer al leviatán y recuperar nuestra dignidad nacional,
nuestra independencia y nuestro tejido productivo. En 2005 la Comunión
Tradicionalista realizó un gran esfuerzo de agitación propagandística contra el
proyecto de Constitución europea, que a la larga quedó frustrado por el voto
negativa de franceses (nuevamente tuvo mucho peso la acción de los
tradicionalistas) y neerlandeses. Las razones de aquel NO siguen siendo
plenamente actuales. Los acontecimientos demuestran que el proceso plutocrático no es irreversible, que las resistencias y reacciones nacionales son posibles y viables.
La oposición tradicionalista a la Unión Europea tiene sus razones en la perversa implantación de las estructuras europeístas y los fines que las sustentan: El avance de las organizaciones
supranacionales con la voladura de las patrias y de los Estados, que a pesar de su
génesis antitradicional custodian mejor la policitidad humana que los entes
mundialistas. Imposición de la laicidad y el laicismo (que no son sino dos
versiones de una misma ideología) que están
inscritos igualmente en el corazón de la "construcción europea". El
déficit de la participación que supone la tecnocracia de las instituciones
europeas, haciendo que el poder, su ejercicio y su control sea cada vez más
oculto. La violación del principio de subsidiariedad que aparece en una versión
desnaturalizada y administrativizada, el falso federalismo funcional que en
realidad esconde un centralismo en manos de la Comisión europea, y la censura
sistemática que desde diversas instituciones de la Unión se hace contra
cualquier iniciativa de influencia católica. En este contexto se inscribe
nuestra radical oposición al europeísmo por todo lo que tiene de vehículo de
imposición del liberalismo y del capitalismo. La UE se configura así, como un gran mercado a las
órdenes de la finanza internacional, que desconoce las tradiciones y las
culturas.
Acto en Madrid contra la Constitución Europea, de la Comunión Tradicionalista, presidido por S.A.R Don Sixto Enrique de Borbón
Crónica del acto: Pulsa Aquí
Madrid, 29 enero 2005. Más de 500 personas, la mayoría jóvenes, llenaron hasta la bandera el aforo del memorable acto carlista contra el europeísmo antihispánico, plutocrático y demoliberal. Las Españas frente a las
tentativas de “construcción europea” basada en la coexistencia laica de
pareceres, la postergación del papel político y económico de España y la persecución
de la religión católica, al servicio de la masonería y los poderes ocultos.
En España los partidos del régimen son unánimes en su
cipayismo europeísta. Incluso el partido de extrema izquierda Podemos ha hecho
campaña por el "sí" a la Unión Europea en Gran Bretaña, demostrando
así que, como buenos trotskistas (aunque su táctica inicial haya sido
espartaquista), son fieles aliados del gran capitalismo transnacional.
Sólo la Comunión Tradicionalista se ha mantenido en
todo momento contraria a la Unión Europea, a la OTAN y a los demás organismos
transnacionales que impiden la independencia y libertad de la Patria y hurtan
la prosperidad a los españoles.
Totalmente de acuerdo.
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