SAR Don Sixto Enrique presidió la
Santa Misa por los Mártires de la Tradición celebrada (según el inmemorial rito
romano) en la Iglesia del Cristo del Pardo, repleta de carlistas
Imposición de boina, por parte del Príncipe, a una joven carlista albaceteña
Imposición de boinas a jóvenes carlistas
Don Sixto rodeado de leales de todos los rincones de las Españas
Al quedarse pequeño el Salón de Acto, unos grupos de carlistas han tenido que comer en el salón adyacente
D. José de Armas
Paula Gambra habla en nombre de las Margaritas carlistas
Maurizio
Di Giovine, delegado de la Comunión Tradicionalista en la Península Italiana
Intervención
de don Miguel Ayuso Torres, Presidente del Consejo de Estudios Hispánicos
Felipe II, frente cultural de la Comunión Tradicionalista
Finalmente dirigió unas breves
palabras a los asistentes S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón, agradeciendo la presencia y buen espíritu y dando razones para la confianza en la restauración
de las Españas.
S.A.R don Sixto de Borbón Parma y
el Padre García Gallardo, junto a varios miembros de la ACT Fernando III el Santo de Palencia
Pichi Mahuida, febrero/marzo
2016. [Corresponsal]. Entre los días 16 y 21 de febrero se realizó en Pichi
Mahuida (Argentina) la ya tradicional Cabalgata y Misa en honor de los Mártires
de la Tradición.
En esta su decimoctava edición,
sesenta y tres cabalgantes, acompañados de un grupo de ínclitos servidores,
comenzaron su marcha inspirados en las resonancias del Combate por la
Tradición, que fue el tema de reflexión de este año. Al nuevo capellán Pbro.
Luiz Claudio Camargo FSSPX, lo acompañaron otros tres jóvenes sacerdotes,
quienes colaboraron con la asistencia espiritual de los cabalgantes durante los
cinco días de travesía.
La Misa diaria era secundada por
diversas pláticas doctrinales, en las que se expusieron los lineamientos del
combate por la Tradición y sus fuentes, en especial la devoción a los Sagrados
Corazones de Jesús y de María.
El día domingo, cerca del
mediodía, los cabalgantes arribaron a la Estancia San Genaro, propiedad de la
familia García Gallardo y alma de la cabalgata y Misa, y allí realizaron la
Consagración Cordimariana a los pies de la imagen de la Virgen de Fátima que
los acompañó durante todo su periplo. Seguidamente, el Padre Camargo celebró,
con el Rito codificado por San Pío V, la Misa en sufragio de los Mártires de la
Tradición, tal como fuera instituido por S.M.C. Don Carlos VII hace ya ciento
veinte años. Acompañaron la celebración con su fervorosa asistencia numerosos
amigos llegados de diversos puntos de la Argentina.
Finalizada la Santa Misa, los
miembros de la Hermandad Nuestra Señora de las Pampas, organizadora de la
celebración, realizaron su tradicional Consagración al Purísimo Corazón de
María, para finalizar con un gran asado de camaradería.
Un año más —y esperamos que esta
constancia no decaiga— los carlistas hispanoamericanos abrieron con piedad,
entusiasmo y brillo, las conmemoraciones de los que murieron, sin ceder, por
Dios, la Patria y el Rey legítimo. (Crónica de la Agencia Faro)
Llegada a Pichi Mahuida el domingo 21 de febrero
Luis García Gallardo portando la bandera durante la Misa por los Mártires de la Tradición.En la santa Misa por los Mártires
de la Tradición participaron alrededor de trescientas personas, que
posteriormente se reunieron en un fraternal asado criollo.
TRADICIÓN-COMUNIDAD-HISPANIDAD
La Tradición es la Esperanza
Panorámica de los cabalgantes en la estancia San José de la Noria (La Pampa)
Agradecemos
a don Alberto Ruiz de Galarreta las valiosas informaciones y correcciones a
este artículo de homenaje.
Se cumple este año en
XL aniversario de la muerte de un gran carlista y euskaltzle, Antonio Antxon Arrue Zarauz. Nacido en 1903 en
el barrio Elizmendi de Asteasu, municipio cercano a Tolosa. Cuna, como tantos
otros de Guipúzcoa de esforzados y destacados servidores de la Monarquía
Hispánica[1]. Antonio
y sus dos hermanas, Eleuteria y Dolores, se criaron en un ambiente
profundamente católico. Estudió el Bachillerato en el colegio de Lecároz,
dirigido por los capuchinos y posteriormente en la Universidad de Oviedo cursó la
carrera de Derecho, con gran brillantez.
Caserío familiar de Arrúe
Su primera militancia
política la hizo en el seno del integrismo, que tenía sus plazas fuertes
precisamente en los distritos de Azpeitia y Tolosa. Su tío Anastasio Arrúe era
el jefe de la junta integrista de Tolosa, y su otro tío Pedro Arrúe fue el
tesorero. Antonio comenzó a finales de los veinte a colaborar con La Constancia, el periódico integrista
de Guipúzcoa, escribiendo en su sección en vascuence. Juan de Olazábal Ramery,
jefe integrista de la provincia, fue el gran artífice de la reincorporación a la
Comunión Tradicionalista, no pidiendo condición alguna y entregando
gratuitamente a laEditorial
Tradicionalista de San Sebastián la
propiedad del periódicoEl
Siglo Futuro(que le había
legado Ramón Nocedal); siendo nombrado miembro de la Junta Provincial de la
Comunión, manteniendo el cargo hasta la fecha en que fue asesinado por los
rojoseparatistas en la prisión de los Ángeles Custodios deBilbao. Con el retorno de
integristas y mellistas al seno de la Comunión Antxon Arrúe se empezó a destacar por toda Guipúzcoa como orador
fogoso, contrario a la II República y a sus políticas laicistas, defensor de
los Fueros y de los caseríos frente a la urbe y furibundo opositor al
nacionalismo[2].
Nombrado secretario de la Junta carlista de Guipúzcoa trabaja desde ella en la
preparación del alzamiento armado contra la república. Presidente de la Junta
Carlista de Guerra de Guipúzcoa pronto se enfrentará al totalitarismo
falangista que copó la llamada unificación, trabajando activamente al lado de
Don Javier para restaurar la independencia de la Comunión Tradicionalista, con
visitas por el frente y las zonas liberadas de Castilla y Andalucía, con las
correspondientes multas y detenciones. Arrúe tuvo el honor de tomar juramento
de los fueros del Señorío de Vizcaya a Don Javier ante el roble de Guernica,
que anteriormente había sido puesto a salvo por un piquete de requetés mandado
por Jaime del Burgo.
Euskalherria católica y foral
El desenlace de la
guerra resulta desolador, con un carlismo en Guipúzcoa cansado de la dura
campaña bélica y por ello acomodado al nuevo régimen, cuya confesionalidad
católica apacigua reivindicaciones mayores, y muchos carlistas empiezan a
ocupar alcaldías y puestos en la Diputación. No obstante Antonio Arrúe siempre
rechazó cualquier puesto público y reúne a un pequeño grupo de colaboradores,
entre los que destacará Ignacio Ruiz de la Prada Unceta, con los que apoya la
política de Manuel Fal Conde y del propio Don Javier. Mientras tanto reabre su
despacho profesional en San Sebastián, especializado en rentas rurales y
herencias, y contrae matrimonio en 1941 con Teresa Salazar, natural de Tolosa.
En uno de sus muchos enfrentamientos con falangistas (o rojos advenedizos que
se habían puesto la camisa azul, pues con la Falange de Guipúzcoa de antes de
la guerra Arrúe tenía buena relación, especialmente con el arquitecto José
Manuel Aizpurúa, que como casi todos los militantes falangistas guipuzcoanos
había sido asesinado o muerto en el frente[3])
es acusado de simpatizar con los aliados y por orden gubernativa es desterrado
a Gijón.
En los cincuenta la
represión se afloja mínimamente y se constituye una junta carlista
semiclandestina, presidida por Antonio Arrúe, con Pablo Iturria e Ignacio Ruiz
de la Prada Unceta de secretarios. Arrúe mantiene muy buenas relaciones con Fal,
compartiendo la intransigencia en temas dinásticos, mientras que Fal compartida
y apoyaba las acciones de Arrúe para promover la identidad vasca. La Junta de
Guipúzcoa se enfrentará a la nueva política colaboracionista de Valiente
y Zamanillo, esta Junta aspirará a agrupar a los carlistas vascongados y
navarros y una estructura más o menos paralela de Junta de las Regiones para
actuar con cierta autonomía. Como miembro nato de la nueva Junta de la Comunión
también tuvo ocasión de mostrar sus desavenencias, que desembocaron en el
nombramiento de José Aramburu como nuevo jefe de Guipúzcoa en 1962. Sin embargo
Arrúe seguía gozando de un gran prestigio y autoridad moral. En este periodo se
intensifica su colaboración con la Academia de Lengua Vasca y sigue hablando
por toda Guipúzcoa. Por ejemplo el 15 de noviembre de 1965 en Azcoitia Ramón
Baglietto y José Larrañaga –ambos serían asesinados en 1980 y 1984
respectivamente por la banda terrorista ETA- organizan una conferencia de Arrúe
sobre “Carlos VII y la poesía popular vasca”, dictada en vascuence y con gran
éxito de asistencia. En 26 de junio de 1960 también fue muy celebrada su
intervención en Cegama en el homenaje al General Zumalacárregui junto a
Francisco Elías de Tejada y Melchor Ferrer Dalmau. En 1964 su trayectoria
profesional se ve reconocida con la concesión de la Orden del Mérito Civil.
Arrúe con Baroja y Caro Baroja, en 1955
A finales de 1967 Arrúe se presentó como carlista a
elecciones semi-libres a Cortes por el Tercio Familiar, derrotando a los
candidatos gubernamentales en Guipúzcoa. En 1969 se lanzó una campaña para restaurar
el concierto económico, que contaba con el apoyo del presidente de la
Diputación de Guipúzcoa, Juan María Araluce Villar[4]
aunque la iniciativa quedó sólo en pequeñas alteraciones a la ley de abolición
inicial, sin afectar a la parte sustantiva del texto. Arrúe se unió a los
procuradores que, incapaces de conseguir una audición adecuada en la cámara, desarrollaron
sesiones informales en todo el país; estas “Cortes trashumantes” fueron
prohibidas por orden gubernamental en 1968. A principios de 1969, junto con los
procuradores carlistas navarros José Ángel Zubiaur y Auxilio Goñi, Arrúe
protestó por la expulsión de la Familia Real.
El 22 de julio de 1969 Arrúe registró el segundo de sus
dos momentos más emotivos de su carrera política: en un proceso abierto, uno
por uno, en las Cortes votó delante de Franco expresamente en contra de Juan
Carlos como el futuro rey instaurado por el régimen. Paradójicamente, en ese
momento él y los otros procuradores carlistas se estaban distanciado cada vez
más, por el giro pro-democrático, de Carlos Hugo. Aunque cuando en 1970 Carlos
Hugo estableció su Gabinete ideológico, Arrúe se unió a su comisión foral,
permaneció en ella sólo hasta 1971, en el que la abandonó horrorizado, mostrando
su tajante desavenencia con la escisión impulsada por Carlos Hugo, señalando
que su traición era peor que la de Maroto. Nunca dejó de ser fiel a Don Javier,
cuyo retrato siempre presidió su despacho. Junto a él decenas de miles de
carlistas se alejaban de la escisión ideológica de Carlos Hugo, sus puestos los
copaban advenedizos izquierdistas que instrumentalizaron el patrimonio y el
prestigio del carlismo.
Su súbita muerte en noviembre de 1976 impidió una
mayor implicación en la reconstrucción de la Comunión Tradicionalista, en la
cual estaban comprometidos sus más cercanos colaboradores, como Ignacio Ruiz de
la Prada.
[1]Como
Juan de Lagarrola, Capitán en Flandes y sargento mayor de la plaza militar de
Fuenterrabía o José Antonio Larrumbide, Secretario de Estado de Gracia y
Justicia con Fernando VII. También dio Asteasu grandes clérigos como Juan de
Iturriata, Pedro de Iturrieta; o María de Urdinaran, mujer que vivió y murió con
gran fama de santidad.
[2]Sin ser exhaustivos critica
al nacionalismo en la inauguración del Círculo de Berastegui:
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0000552817&page=20 o en el acto del frontón Uremea, junto a
Esteban Bilbao Eguía, Zamanillo y Hernando de Larramendi ante más de 15.000
carlistas
[4] Había sido requeté en la guerra
y representante del carlismo acomodado en el nuevo régimen, pero siempre firme
defensor de la foralidad vasca. Fue asesinado por ETA, junto a cuatro personas
más, en octubre de 1976.
Virtudes
y limitaciones de una visión libertaria del carlismo: la síntesis de Félix
Rodrigo Mora
En el capítulo IV de su libro “Naturaleza, ruralidad y civilización” el
pensador –inscrito en las corrientes libertarias, a la vez que criticado por
las mismas, —Félix Rodrigo Mora brinda un sugestivo análisis del primer
carlismo bajo la rúbrica “El pueblo y el carlismo. Un ensayo de
interpretación”. Félix Rodrigo Mora alcanza en su obra la conclusión de que el primer carlismo fue el conducto utilizado por el pueblo para canalizar su rebelión contra el liberalismo que es, afirma, “un fanatismo de importación”, constituido por unas clases medias “mentalizadas por una ideología liberal excepcionalmente soez, ramplona y desalmada, sólo atentas al medro, al lucro y al goce”. Su síntesis es la siguiente:
· "El
programa implícito con que el pueblo se incorpora a la acción armada contra la
dictadura liberal española era diferente hasta el antagonismo al propugnado por
la dirección del carlismo. En los estudios históricos se suele resaltar, según
la ideología de cada autor, este o el otro componente, cuando lo esclarecedor
es considerar el conjunto.
Puede sintetizarse en 11 puntos:
· 1) comunitarismo convivencialista, con
preservación de los patrimonios comunales y sin ampliación de la propiedad
privada;
· 2) mantenimiento de la autonomía parcial del
municipio existente, particularmente en las aldeas y pequeñas poblaciones, con
salvaguarda de la expresión primordial de la democracia popular tradicional, el
concejo abierto;
· 3) comunidad de las formas ancestrales de
intercambio y tributación, sin ampliación de la función del dinero ni la del
mercado, sin modificación en la cantidad y en el modo de tributar;
· 4) mantenimiento del clima espiritual
tradicional, con el convivencialismo y la hermandad como valores mayores, con
exclusión de la competitividad, individualismo, desigualdad, insociabilidad y
agresividad propias del liberalismo y de toda la modernidad;
· 5) supervivencia de la cultura y los saberes
populares en las diversas esferas de la existencia, incluidas las lenguas
vernáculas;
· 6) rechazo del centralismo, expresión del
dominio creciente de la gran urbe, Madrid, sobre los demás territorios, en
particular el universo aldeano, entonces tan importante;
· 7) negativa intelectual, emocional y vital al
trabajo asalariado, tenido como expresión muy letal del envilecimiento y
deshumanización de las personas;
· 8) rechazo de las quintas y matrículas de mar;
· 9) en los territorios forales, adhesión a la
institución foral, tenida acertadamente por manifestación histórico-concreta de
la propia identidad como pueblo diferenciado, y como cosmovisión, cultura e
idioma singulares:
· 10) desdén por las riquezas y deseo de una vida
frugal, centrada en la satisfacción de las necesidades inmateriales del ser
humano, lo que está en aguda oposición con el productivismo y consumismo
liberal;
· 11) repudio del despotismo constitucional y
parlamentario, que se propone “mejorar” la situación de las masas sin contar
con éstas, lo que contiene la afirmación de que cualquier medida, para ser
emancipadora, ha de resultar de la acción popular, no de la dudosa benevolencia
de una minoría iluminada y verbalmente redentorista que opera desde el aparato
del Estado, como era el liberalismo.
El Matiner siempre ha puesto el acento en el carácter popular y
mayoritariamente rural del carlismo, por lo que se congratula por el interés de
la observación del mismo desde los más plurales enfoques. Se comprueba además
que se hace desde un acercamiento sin prejuicios, con solvencia intelectual
manifiesta y sin la pretensión de reconstruir una explicación ad hoc del
carlismo como hicieron los periodistas al servicio de la escisión ideológica de
Carlos Hugo desde un dogmatismo acientífico.
Sin embargo su planteamiento adolece de notables carencias
interpretativas y axiológicas. No deja de inscribirse dentro de estrechos
contornos inmanentistas, con lo que se incurre directamente en la aporía del
mundo moderno que se pretende criticar. Rodrigo Mora es víctima de ciertos
condicionantes libertarios, que niegan toda apertura a la trascendencia y
aunque se revelen contra los excesos del materialismo dialéctico contraponen al
mismo una suerte de naturalismo optimista para explicar el “clima espiritual”,
el “deseo de vida frugal” y la satisfacción de las “necesidades inmateriales”. Resulta
más sencilla y acorde a la realidad señalar que todas estas circunstancias
brotaban de una firme Fe en la religión. Derivado de esa omisión no se
encuentra por ningún lado la referencia al orden civilizacional de la
Cristiandad, que no operó en el mundo de las ideas, sino que fue una
realización concreta, no nacida de un puro espíritu natural, sino condicionada
por las enseñanzas de la Iglesia, que generaron una civilización determinada;
forma de civilización de alcance universal, pues sobrepasó los límites de
índole de cultural, racial o geográfico y alcanzó a todos los pueblos que
ponían el centro de su convivencia sobre el templo y el palacio, ambos
rematados con la Cruz del Redentor. Esta civilización, que al fin y al cabo no
pretendía otra cosa que asentarse sobre la virtud, aunque no siempre lo
consiguiera, precisamente por la naturaleza caída del género humano, vino a ser
suplantada por un psudoorden que consagraba la ley del más fuerte, aquí sí
naturaleza pura, al rechazar cualquier clase de condicionamientos y fundamentos
morales sobre la comunidad política. No es de extrañar por ello que la vida del
campesinado se viese rápidamente devastada mediante la imposición dineraria
frente al pago en especie del diezmo y la primicia sobre las tierras señoriales
o comunales, que hacían a toda la comunidad, con independencia de la
jeraquización social, coparticipes con la suerte de la cosecha.
Al respecto de las jerarquizaciones sociales nos encontramos la segunda gran
limitación del análisis. El liberalismo insiste sobre las supuestas miserias de
una sociedad estamental. Los filósofos clásicos la definen como la sociedad
perfecta, y la ejecutoria histórica la reveló como aseguradora de los derechos concretos,
frente a las inseguridades que ofrece la sociedad masificada igualitarista. Es
en los fundamentos filosóficos donde liberales y libertarios se dan la mano con
sus axiomas de libertad, igualdad y fraternidad; no es por ello tan extraño esa
pretensión neocon de hablar de anarcocapitalismo. En la sociedad tradicional
existió una jerarquización sin la cual es imposible entender la, en general,
acertada caracterización que hace Rodrigo Mora. Bien es cierto que el
absolutismo y su deriva regalista vendrían a introducir efectos terriblemente
distorsionadores. Aún así jamás se puede hablar en puridad de antagonismos
sociales, ni entre unos estamentos y otros, ni, como correlativamente parece
insinuar, entre la dirección del carlismo y sus masas. Al revés, el carácter interestamental
y posteriormente interclasista del carlismo, con prevalencia del elemento
campesino porque era el mayoritario en la España de entonces --el carlismo al
fin y al cabo vendría a ser así un reflejo casi perfecto de aquella sociedad—explica
esa armonía que duró, no exenta de tensiones puntuales, durante siglos.
Campesinos, aristócratas, funcionarios, artesanos; ricos o pobres, todos
se alzaron, siquiera inconscientemente, en defensa de un orden civilización que
era en el que venían conviviendo secularmente sobre firmes bases y fundamentos
morales.
"El conservadurismo demuestra ser el peor enemigo de la Tradición" (Don Sixto Enrique)
S.A.R Don Sixto Enrique de Borbón
Comunión Tradicionalista
Candidatura Tradicionalista- CTRAD
No a la Constitución: atea, burguesa, partitocrática, capitalista y anti-nacional
Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II
Frente cultural de la Comunión Tradicionalista
Agencia Faro
Servicio de prensa y documentación del carlismo
Una resistencia olvidada,Tradicionalistas mártires del terrorismo
Ediciones AUZOLAN
El Carlismo en marcha
Justicia Social
Foralismo Federalismo
La Tradición frente al nacionalismo
Catalanitat es hispanitat
Contra el Europeísmo
HISPANIDAD POLÍTICA
Por la Confederación de pueblos hispánicos. Por la Monarquía hispánica
FUEGO Y RAYA
Revista semestral hispanoamericana de historia y política
El Requeté
"Ante Dios nunca serás heroe anónimo"
Montejurra 1976
Combate cultural
Poesía para el combate
Los fundamentos del tradicionalismo hispánico
Enrique Gil Robles
“La burguesía oligárquica que usufructúa el país por medio del parlamento necesita tener montada corriente y expedita la máquina electoral que lo produce; y al efecto, los partidos en que la plutocracia burguesa se divide, para turnar en el poder explotador” (Enrique Gil Robles)
Juan Vázquez de Mella
"En el fondo de toda civilización moderna late la barbarie, porque es barbarie todo lo que sea sublevación contra los principios morales y religiosos" (Vázquez de Mella)
Rafael Gambra Ciudad
“Consecuencia para los hombres es que la Ciudad humana, falta de su asiento religioso permanente, no otorga ya sentido a sus vidas, expuestas desde ahora a la incoherencia del relativismo y a la corrupción que de él emana. En el término de este proceso se encuentra el hombre que se sirve sólo a sí mismo, que a nada sirve, porque carece de sobre-ti y de "principios". Es el momento del culto al Hombre, esa "idolatría de los últimos tiempos" en la que el hombre se adora a sí mismo en la vacuidad de un humanismo sin sentido ni contenido” (Rafael Gambra)
Francisco Elías de Tejada
“Venimos a tus plantas a pedirte la gracia de seguir siendo católicos a la española usanza, intransigentes hasta el fanatismo, violentos hasta la heroicidad, caritativos hasta la comprensión, fieles a tu Nombre divino en la alegría como en la tristeza” (Elías de Tejada)
Francisco Canals Vidal
“En España un tradicionalista que se definiese temática e intencionadamente como no carlista sería comparable a un irlandés que a finales del siglo XVII se hubiese definido como amante de su patria y católico romano pero "orangista". Esta actitud evidentemente le hubiese permitido la conservación de sus propiedades y cargos; pero es obvio que no hubiese sido conducente para la perseverancia de su nación en la fe católica y en su autenticidad irlandesa” (Francisco Canals)
Federico D. Wilhelmsen
"Tenemos que recordar que el liberalismo ya había borrado lo religioso de la vida pública. Por lo tanto, la fe se retiró de los rincones del alma no tocados por la vida pública. La religión se redujo a la beatería, un fenómeno típicamente liberal. Muchas familias, cuyo bienestar dependía del robo de los bienes de la Iglesia, no faltaban nunca a sus devociones en la iglesia, domingo tras domingo. Como la conciencia liberal quería engañarse a sí misma, no es de extrañar que el comunismo, por haberse dado cuenta de esta mala fe, fuera capaz de engañar a las masas. ¡Si esto es el cristianismo, entonces, abajo el cristianismo! Es una lástima tener que decir que aquí el comunismo tenía razón"(Federico D. Wilhelmsen)"
MIguel Ayuso Torres
“La POLÍTICA que merezca verdaderamente el nombre, ha de fundarse en una doctrina. La auténtica llamada política no tiene que ver con la ironizada por Gustave Thibon al presentar a unos hombres que se destrozan mutuamente para decidir si la casa ha de pintarse de azul, de verde o de rojo, sin advertir que está a punto de desplomarse. No se trata de un brillante barniz o un alicatado de color. Al contrario, es un cimiento, una roca” (Miguel Ayuso)
Javier Barraycoa
“Hoy la política de reflexión y de participación ha sido sustituida por la política espectacular, donde el ciudadano no aspira a participar en el gobierno de la vida pública sino a refrendar a los profesionales de la política en función de los sentimientos e impresiones causados por las campañas electorales... Con los media-política, los ciudadanos se han infantilizado, y ya no se comprometen en la vida pública y son alienados y manipulados a través de artilugios e imágenes; la democracia se ha desnaturalizado y pervertido. La dominación mediática al servicio de la estructura de poder lleva no sólo a la apolitización, sino la aniquilación de todo símbolo de identificación colectiva e histórica” (Javier Barraycoa)
José Miguel Gambra
“El último error, que deseo resaltar, nace de lo que podría describirse como la disolución del deber patriótico entre los católicos. Según mi interpretación ese deber se extiende a todas las sociedades a que pertenecemos, y culmina en la más elevada de esas sociedades, cuyo gobierno tenga poder real, legítimo o no, sobre nosotros. Tenemos respecto de esas sociedades la obligación ordinaria de contribuir al verdadero bien común y el deber accidental de atender a sus necesidades extraordinarias. En nuestro caso, eso se concreta, a mi parecer, en el deber extraordinario de enfrentarnos, por los medios que tengamos a nuestro alcance y con la debida prudencia, a esos gobiernos, regionales, nacionales o supranacionales ilegítimos que están sobre nosotros. Tenemos que oponernos a ellos, con no menos entusiasmo que a un enemigo exterior, que hostigara o conquistara nuestra patria desde fuera” (J.M Gambra)
Al servicio de la formación cívica y de la acción cultural según el derecho natural y cristiano
La cultura contra el mundo moderno
"Auden ha afirmado que para mí "el Norte es una dirección sagrada". Eso no es cierto. El Noroeste de Europa, donde yo (y la mayoría de mis antepasados) he vivido, tiene mi afecto como es propio que lo tenga el hogar de un hombre. Amo su atmósfera y sé más de sus historias y sus lenguas que de otras partes, pero no es "sagrado" ni agota mis afectos. Por ejemplo, siento un particular amor por la lengua latina, y entre sus descendientes, por la española. Que no es verdad en relación con mi historia, debería demostrarlo la mera lectura de las sinopsis. El Norte era el asiento de la fortaleza del Diablo. El avance de la historia culmina con lo que se parece mucho más al restablecimiento de un Sacro Imperio Romano eficaz con su asiento en Roma que a nada que hubiera sido concebido por un "nórdico"". (J.R.R. Tolkien)
Marcelino Menéndez Pelayo
“España, evangelizadora de la mitad del orbe; España martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio...; ésa es nuestra grandeza y nuestra unidad; no tenemos otra. El día en que acabe de perderse, España volverá al cantonalismo de los arévacos y de los vectores o de los reyes de taifas.” (Menéndez Pelayo)
P. Leonardo Castellani
“No nos pedirá cuentas de las batallas ganadas, sino de las cicatrices de la lucha” (Leonardo Castellani)
G.K Chesterton
"Decir que debemos tener socialismo o capitalismo es como decir que debemos optar porque todos los hombres entren en los conventos y unos pocos tengan harenes… porque el gran ‘trust’ no tiene más derecho de absorber en un monopolio todas las fortunas privadas y afirmar que así defiende la institución de la propiedad, que el que tiene el Gran Turco de raptar a todas las mujeres y encerrarlas en un serrallo, afirmando que así defiende la santidad del matrimonio”. (G.K Chesterton)
Hilaire Belloc
"El lugar donde uno nace es la envoltura del alma. La iglesia donde uno reza es parte del alma misma" (Hilaire Belloc)
Listado de programas de Lágrimas en la Lluvia
Clásicos contra-revolucionarios
René La Tour du Pin
“La plutocracia como poder de las riquezas, la forma de jerarquía social que sustituye a la de las aristocracias históricas...al ideal del honor sucede entonces el del interés" (La Tour du Pin)
Jaime Balmes
"El trabajo es un título natural para la propiedad del fruto del mismo, y la legislación que no respete este principio es intrínsecamente injusta" (Jaime Balmes)
P. Julio Meinvielle
"Más aún. Creemos, y lo decimos muy en serio, que la ciudad Maritainiana de la Persona Humana coincide, en la realidad concreta y existencial, con la ciudad secular de la impiedad. Medimos todo el alcance de nuestra afirmación y desafiamos muy formalmente a cuantos la consideren falsa o exagerada a que así lo demuestren" (Julio Meinvielle)
P. Osvaldo Lira
“Todo en el régimen totalitario viene impuesto de arriba; todo en un régimen humano brota espontáneo de adentro. Y este contraste entre lo impuesto y lo espontáneo, entre lo natural y lo postizo, es la síntesis de la oposición entre la doctrina totalitaria y la ley natural. Querer comparar los regímenes totalitarios con un régimen de ley natural, con un estado medieval verbigracia, sería lo mismo que equiparar un autómata a un ser viviente” (Osvaldo Lira)