
Llevada la cuestión a este punto de vista, la resolución es muy sencilla: la perfección de la sociedad consiste en la organización más a propósito para el desarrollo simultaneo y armónico de todas las facultades del mayor número posible de los individuos que la componen. En el hombre hay entendimiento, cuyo objeto es la verdad; hay voluntad, cuya regla es la moral; hay necesidades sensibles, cuya satisfacción constituye el bienestar material. Y así, la sociedad será tanto más perfecta cuanta más verdad proporcione al entendimiento del mayor número , mejor moral a su voluntad, más cumplida satisfacción de las necesidades materiales.
Ahora podemos señalar exactamente el último termino de los adelantos sociales, de la civilización y de cuanto se expresa por estas palabras semejantes, diciendo que es: La mayor inteligencia posible para el mayor número posible; la mayor moralidad posible para el mayor número posible; el mayor bienestar posible para el mayor número posible.
Quítese una cualquiera de estas condiciones y la perfección desaparece. Un pueblo inteligente, pero sin moralidad, ni medios de subsistir, no se podría llamar perfecto; también dejaría mucho que desear el que fuese moral, pero al mismo tiempo ignorante y pobre; y mucho más todavía si, abundando de bienestar material , fuese inmoral e ignorante. Dadle inteligencia y moralidad, pero suponedle en la miseria, es digno de compasión; dadle inteligencia y bienestar, pero suponedle inmoral, merece desprecio; dadle, por fin, moralidad y bienestar, pero suponedle ignorante, será semejante a un hombre bueno, rico y tonto, lo que ciertamente no es modelo de la perfección humana."
(Jaime Balmes. Filosofía Elemental)
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