1. Durante su juventud estuvo totalmente apartado de la Causa
carlista, hasta que vio en el Carlismo un movimiento popular que podía ser un buen vehículo para sus ambiciones personales.
2. Cuando llegó al Carlismo desplazó a Fal Conde y a sus
colaboradores de la jefatura delegado con el fin de acercar el Carlismo a
Franco, pues tenía todas sus esperanzas en ser sucesor de Franco en oposición a
Juan Carlos. Llegó incluso a ofrecer la jefatura delegada a Blas Piñar, que
nunca fue miembro de la Comunión Tradicionalista y que representaba la línea
más radical del franquismo. Por el expreso deseo de Carlos Hugo se inicia un periodo de colaboración con el
Régimen y se abandona la recia intransigencia antifranquista del carlismo mantenida desde la posguerra.
3. Su discurso de entonces era el de ser el "príncipe de
la Cruzada", para lo cual las revistas sobre las que directamente influía
el ex-príncipe Carlos Hugo eran prácticamente monográficos del esfuerzo de los
requetés durante la Cruzada y vertían enormes críticas contra cualquier pequeño
atisbo de libertad religiosa. Se llegaba a señalar que la libertad religiosa
era "una traición a los muertos de la Cruzada y la pérdida de la unidad
nacional".
4. Cuando Franco se decantó por Juan Carlos, Carlos Hugo comenzó
a tantear otras posibilidades de actuación política, esta vez hacia la
izquierda. Situación a la que coadyuvaba el cambio producido por el Concilio
Vaticano II y la traición de muchos clérigos como el Padre Juncosa S.J, pasados
al modernismo progresista de moda y que influyeron en el alocado y demagógico principe.
5. La situación fue usada por determinados elementos
izquierdistas para aprovecharse de la relativa tolerancia con que en ocasiones
operaba el Carlismo durante el franquismo para infiltrarse en el mismo. Estos
coparon muchos puestos directivos, pero a pesar de estar bien entrenados en
técnicas dialécticas y de propaganda a pocos carlistas convencieron. Comienza
el declive, muchos carlistas sin dejar de serlo dejan de ir a las actividades
políticas de la Comunión y los actos dejan de ser multitudinarios. Los cientos
de miles de personas que aún movilizaba el Carlismo en los 60 apenas llegan a
los tres millares a mediados de los setenta. Y la infiltración es cada vez más
evidente: se empiezan a ver banderas nacionalistas y socialistas. Carlos Hugo
expulsa a los jefes históricos de la Comunión y los reemplaza por jóvenes
izquierdistas sin militancia previa carlista. Las concentraciones del Partido
Carlista son la excusa para la reunión de maoístas, proetarras y nacionalistas
de toda condición. El pueblo carlista se disvincula en masa de la estructura política de Carlos Hugo.
6. En los 70 también comienza la reinterpretación de la
historia del Carlismo, introduciendo conceptos y términos ajenos a la recta
razón para explicar el Carlismo. Una postura que rechaza unánimemente la
comunidad científica y universitaria y todos los historiadores del Carlismo,
tanto carlistas como liberales. Solo una pequeña minoría de periodistas, que no
historiadores, publican en editoriales izquierdistas (lamentablemente de cierta
difusión) una visión tan manipulada del Carlismo que mueve a carcajadas, utilizada con fines políticos sin ningún escrúpulo y seriedad. El carlismo es entregado a la mitología nacionalista y a la interpretación materialista histórica del marxismo.
7. En
1977 fracasan tanto las candidaturas impulsadas por el Partido Carlista junto a
grupos maoístas (CUPS, FAA), como las que impulsan en solitario en Navarra,
Castellón o Valladolid. Los resultados son paupérrimos en estas elecciones para el neocarlismo revolucionario de Carlos Hugo.
7. En 1978, el Partido Carlista solicita el SI a la constitución española (atea, antiespañola, que consagra la monarquía liberal y el capitalismo), realizando campaña activa en este sentido. El propio Carlos Hugo mendiga la nacionalidad española al gobierno, reconociendo de hecho a Juan Carlos como Rey de España. A pesar de todos esos esfuerzos, "Roma no paga traidores", y el sistema no deja instalarse al nuevo Partido Carlista en el marco partitocrático.
8. La última esperanza para vivir de la política de Carlos
Hugo está en las elecciones de 1979, en las que el radicalismo de años
anteriores ha quedado matizado, planteando una campaña electoral izquierdista
pero no revolucionaria. Para ello Carlos Hugo intenta volver a contactar con
muchos antiguos mandos y jefes carlistas a los que justifica su deriva
aduciendo que "el Carlismo siempre fue un movimiento social y de masas y
había que actualizar el lenguaje" pero unánimemente le manifiestan que
siguen siendo carlistas, pero que a él no le pueden guardar fidelidad. Queda
desamparado asimismo por sus compañeros de viaje de izquierdas que con la
instauración de la democracia se van a sus propios partidos. En esta aventura electoral no obtiene representación, a pesar de gastarse en la aventura ochenta millones de pesetas. Los
resultados son ridículos, incluso en zonas antaño de fuerte raigambre carlista.
El Partido Carlista queda como un grupúsculo marginal en todo España, por la obra
demoledora de Carlos Hugo.
9. Tras su fracaso electoral Carlos Hugo renuncia a la Presidencia del Partido Carlista quedando como "militante de
base" (nótese su proceder antimonárquico) para en 1980 definitivamente
abandonar su Partido Carlista dejando tras de si una enorme deuda electoral que deberán
pagar sus traicionados seguidores durante años. Sin más explicaciones abandona toda labor política, se divorcia y se va a vivir a Estados Unidos, donde empieza a
defender una serie de ideas enmarcables en lo que con razón se denomina
pensamiento débil: democratismo, pseudoglobalización, etc...
10- Hoy día eso no fue más que un mal sueño, por más que subsista
un minusculísimo "Partido Carlista" que no pasa de juntar apenas un
centenar de nonagenarios junto a algún pobre alucinado una vez al año, en su
celebración del antaño glorioso Montejurra. Efecto de una sola causa: Carlos Hugo de Borbón Parma.
Extractos de un artículo de Carlos Carnicero, ex-secretario de organización del grupo político de Carlos Hugo, escrito a raíz de la muerte de este:
ResponderEliminar"colaboró en la consolidación de la Constitución de 1.978 y se abstuvo de plantear en todo momento un pleito dinástico con el Rey Juan Carlos para facilitar una democracia parlamentaria sólida"
"...un ejemplo de valentía intelectual para una transformación política tan arriesgada y profunda y una acción audaz que impidió que se consolidara en España una ultraderecha tradicionalista que hubiera sido un factor añadido de desestabilización de nuestra joven democracia"
"Su sentido de la responsabilidad le llevó a permanecer lejos de España para no ser ni siquiera una sombra que amenazara la estabilidad constitucional y se marchó a ejercer la docencia en distintas universidades e instituciones norteamericanas, llevando siempre una vida discreta y respetuosa con la institucionalidad democrática española".
Es decir, el papel de Carlos Hugo fue el de impedir que el Carlismo pudiese oponerse a la consolidación del sistema liberal-capitalista en la "instauración franquista" de Juan Carlos y una vez conseguido su objetivo se retiró a vivir de las rentas… olvidando la lucha y resistencia secular del carlismo por las libertades populares y la Tradición de las Españas. El objetivo era diluir a las masas carlistas, integrándolas en el juego partitocrático del nuevo sistema, al mismo tiempo que destruir una posible fuerza de resistencia.
Fantástico artículo. Con razón dice el anticarlista Carnicero que el único "mérito" de Carlos Hugo fue neutralizar el tradicionalismo (es decir, el carlismo) que en aquella época aun estaba vigoroso y habría podido plantar resistencia al nuevo régimen democrático-liberal. Carlos Hugo ha de encabezar la lista de traidores a la causa como Maroto y Cabrera.
ResponderEliminar¿Por cierto, podrías aportar las referencias de la propuesta de la jefatura delegada a Blas Piñar? Muchas gracias.
porqué se demoró tantas décadas en hacer públicas estas declaraciones ?
ResponderEliminarUffff.toda una confesión de parte de Carlos Carnicero, sobre el verdadero papel jugado por Carlos Hugo en el tardofranquismo y la transición.
ResponderEliminarEl problema de Carlos Hugo es que siempre quiso adaptar el carlismo a sus ambiciones e intereses personales, cambiantes según las circunstancias. Si claudicante fue la etapa colaboracionista que se caracterizó por una visión casi tecnócrata, con su famosa secretaria, la posterior revolucionaria, desde el ingreso en la Junta Democrática fundada por el P.C.E, hasta sus pactos electorales con el Movimiento Comunista y otros grupúsculos maoístas, ya fue de esperpento; para continuar con una posterior etapa donde el Partido Carlista fue simplemente un satélite del PSOE, donde por cierto acabaron muchos de los dirigentes Huguistas, por ejemplo Josep Badia del PCC o Mariano Zufia de EKA...no en vano el propio Conde Rojo, Juan Francisco de Aguilera definió al Partido Carlista como semejante a la socialdemocracia en un vídeo electoral para las europeas.
Para el punto 6, recordar a uno de esos verdaderos "mercenarios de la pluma", a Josep Carles Clemente que sin ningún escrúpulo fue uno de esos asalariados, al servicio partidista del proyecto de Carlos Hugo tendente a dar cobertura de apariencia historiagráfica de los delirios políticos de este. Evidentemente abandonó toda militancia política al mismo tiempo que se jefe, para posteriormente pretender seguir lucrándose de esa aventura, reescribiendo decenas de libros, donde se limitaba a repetir literalmente las mismas páginas, cambiando únicamente el título del mismo.Gran "historiador" que repite y copia al pie de la letra sus mismos libros, sirviendo de coartada a la colonización ideológica del carlismo, por el materialismo marxista. Menudo estafador al servicio de la destrucción del carlismo, intentar vivir de una mentira que sirve muy bien al intento de neutralizar el carlismo. Un simple copia y pega, para ensuciar nuestra historia. Uno más de esos personajillos que acompañaron en su aventura a Carlos Hugo,
ResponderEliminarEl propio Carlos Carnicero, candidato nº 2 de la lista por Zaragoza del Frente Autonomista Aragonés, coalición del Partido Carlista y el Movimiento Comunista en 1977 y nº 1 del Partido Carlista por Guipúzcoa en 1979; abandonó el carlismo al mismo tiempo que Carlos Hugo, y terminó igualmente en la órbita del PSOE, al que sirvió como periodista "oficial" durante la etapa de Felipe Gónzalez, siendo uno de sus defensores durante la etapa negra de la corrupción y del terrorismo de estado de los GAL.
ResponderEliminarEn esa etapa de intentar el entrismo en el sistema partitocrático, el mismo Carlos Hugo expulsó de su Partido Carlista a los sectores más radicalizados a la izquierda en vista a las elecciones de 1979 y tras el fracaso radical de sus planteamiento en 1977; expulsiones masivas en Madrid, Vallladolid y otros lugares; pero el intento de ser aceptado por el sistema no le valió para nada, realmente "Roma no paga traidores"... Los bandazos continuos de Carlos Hugo destruyeron el carlismo, esa es la realidad.
Carlos Hugo de Borbón fue simplemente un oportunista, que jamás fue carlista. Primeramente fue un producto de marketing lanzado por una camarilla de tecnócratas para jugar una baza dinástica frente a Juan Carlos, en la elección de Franco, fracasado el intento Carlos Hugo se dejo llevar por la moda de los 70 de la Nueva Izquierda, creyendo en el mito del "progreso" y de la inevitable evolución hacia el socialismo y la revolución. Fracasada igualmente la vía de ruptura e España, un nuevo bandazo lo llevo a reconvertir al secular carlismo en un mero partidito autonomista y socialista un apéndice a la izquierda del PSOE, muy cercano al PSP de Tierno Galván, para acabar, ya una vez dejado el Partido Carlista, en una especie de ONG globalizante. Carlos Hugo es simplemente un traidor, sin doctrina llevado por los aires y vientos de su oportunismo político. Quizás, faltaría otro punto clave, el de su manipulación y traición a su padre el Rey Javier, que le llevó a que su propio madre la Reina Magdalena, le repudiara e incluso le impidiera asistir al entierro de su padre.
ResponderEliminarEl propio Carlos Carnicero lo reconoce al decir en otro artículo parejo al que se cita, que la razón del fracaso del proyecto de Carlos Hugo fue "que peso demasiado la historia", es decir de la realidad, de lo que fue, represento y es realmente el carlismo, en las antípodas de todo lo representado por Carlos Hugo.
Bueno la Constitución española de 1978 tampoco es estrictamente una constitución atea. En cuanto a lo que se cuenta de la evolución ideológica o mejor dicho cambios de camisa o chaqueta del Principe Don Carlos Hugo de Borbón-Parma y Borbón-Busset (1930-2010) por desgracia hay que reconocer que en algunos casos es y si no consulten la prensa carlista de los años anteriores a 1970 y luego la posterior. Caballero de Moncaira
ResponderEliminarMi abuelo paterno fue durante casi veinteaños alcalde de un pequeño municipio mallorquin y era de la facción del Partido Liberal que lideraba el Conde de Romanones. Luego entre los años veinticinco y treinticinco del siglo pasado mi padre y un hermano suyo más jovenen - que tenian una tienda de comestibles en Moulins Francia - conocieron personalmente al principe Xavier de Bourbon-Parma y a su señora por ser estos clientes habituales de su tienda de comestibles. En el año 1935 mi padre se marchó de Moulins y mi tío se quedó él sólo al frente de la tienda y por supuesto el principe y su señora siguieron acudiendo a la tienda de Moulins como clientes habituales. Parece que Don Javier y mi tio cuando la segunda guerra mundial o por lo menos cuando el desenlace de la misma habria conectado politicamente hablando. Lo que si es cierto es que cuando en 1952 Don Javier estuvo en España y visitó Mallorca donde juró los antiguos fueros en la Basilica de San Francisco de Palma; el día que estuvo en Sóller y se le agazajó en el Hotel Ferrocarril de dicha localidad había presente un miembro de mi familia que era cuñado de mi padre y de mi tío por estar casado con la hermana de ellos. En abril del año siguiente mis padres y yo regresamos definitivamente a nuestra tierra Mallorca. En agosto del año 1956 a los 55 años murió mi tío en Moulins. Luego yo con unos quince años apenas me puse en contactos con los carlistas y requetes de Sóller. Recuerdo que el señor Bartolome Darder Rivière epd que era el jefe carlista de Sóller desde ka epoca de la guerra civil y que por supuesto nunca aprobó el famoso decreto de unificación del 19 de abril de 1937 ya que por mucho que lo intenten nunca el agua y el aceite se mezclaran. Recuerdo que el señor Darder me entregaba numeros de Boina Roja y en uno de ellos haber leído una vez un articulo de Blas Piñar titulado " Hipocritas". Es verdad lo que se dice de Carlos Hugo "haciendo primero la pelota a Franco" para ver si era su sucesor aunque luego en Perpinyán donde estuve con Zabala otros carlistas y no carlistas entre ellos la jefa comunista de Baleares Francisca Bosch me dijera lo contrario que nunca pensaba ser el sucesor del general Franco. También es verdad que tras Franco inclinarse decidamente por don Juan Carlos que era lo que tenía pensado ya dese un principio y que establishment mundial le permitia en caso de acceptar una monarquia en España, don Carlos Hugo pasó a flirtear con el polo opuesto o sea con el antifranquismo de izquierda. Para mi el carlismo ni es el integrismo de Don Sixto Enrique pero tampoco la ideologia filo marxista del Partido Carlista del que Don Carlos Hugo fue presidente y candidato a diputado a las Cortes de Madrid. No creo que su padre Don Javier le gustara mucho el nuevo carlismo ideado por su hijo Carlos Hugo. Como tactica politica este carlismo de socialismo autogestionario bastante parecido al comunismo del dictador yugoslavo Broz-Tito me parce bastante lógico a una epoca dada, la de la liquidación del franquismo. Luego no y había que regresar a los autenticos postulados del legitimismo monarquico y al catolicismo social del que fue abanderado el rey carlista Carlos VII el padre de don Jaime y el hermano de Don Alfonso Carlos el último rey carlista de la rama directa bisnieto del infante Carlos Isidoro ( el Carlos V carlista) hermano de Fernando VII el que abolió la ley semisalica de 1713 implantada por su antepasado Felipe V, pata favorecer a falta de no tener hijo varón, a su primogenita la que a su muerte y con ayuda de los liberales pasó a ser la conocida pir Isabel II y de la que son descendientes directos Don Juan Carlos u Dom Felipe VI. MONCAIRA
ResponderEliminarPara nada el Infante Don Sixto Enrique es integrista...sino carlista puro y duro como demuestran todos sus manifiestos y declaraciones. Su parecido más evidente, según muchos carlistas, es con el Rey Jaime III por sus preocupaciones sociales y geoestratégicas.
EliminarUna Constitución que no reconoce como fundamento la Ley natural y la divina, que no reconoce a Cristo Rey como fundamento de la comunidad política, es una Constitución atea, porque niega al Dios creador, el Orden natural creado por EL. Destruye la comunidad política para implantar un constructivismo voluntarista. La realidad actual es evidente de este hecho. La Constitución de 1978 es atea.
ResponderEliminar