El Mediterráneo escenario histórico del combate entre la Cristiandad y el Islám
El canónigo pamplonés José Fermín Yzurdiaga fue un falangista célebre
por su verbo florido y churrigueresco; sin embargo a él se debe una
conceptuación de Don Javier que fue acogida con simpatía y usada por los
carlistas por lo preciso y exacto de la misma. Dijo de Don Javier que era “el
último gran Príncipe de la Cristiandad”. Y en efecto, en el contexto de un
mundo que se desmoronaba al paso del avance de la Revolución liberal Don Javier
encarnó como nadie en su tiempo el papel de una realeza que aún tenía alguna
capacidad de influencia efectiva sobre el devenir de los acontecimientos
históricos. En este sentido fue el gran confidente y estrecho colaborador de
S.S. Pío XII dentro de la realeza, cumpliendo grandes misiones políticas al
servicio de la Santa Sede, que la nueva pastoral del Concilio Vaticano II varió
con la irrupción de nuevos actores y los consiguientes frutos, devastadores
para la Cristiandad y la fe de los pueblos. Por eso, continuando la senda de su
padre y siguiendo con las definiciones llanas y concretas se ha podido definir
a Don Sixto como “el último gran Príncipe tradicionalista”, pues los tiempos
hodiernos han venido a desplazar ese papel que tenía la realeza, pero no así
sus principios.
En el capítulo de los grandes servicios a la Cristiandad, entrelazándose
en cierto modo con los deberes que para con Francia señalase SMC Carlos VII
para la dinastía carlista en su Testamento político, Don Javier prestó una gran
ayuda a la causa de la Argelia francesa (que en puridad es el Oranesado español)
y a su servicio puso las estructuras, precarias, de la Comunión Tradicionalista
en España. Más allá de los intereses geopolíticos estaba el derecho de los españoles y
franceses que habían colonizado enormes espacios inhóspitos a los que llevaron
la civilización y el progreso tecnológico y ahora iban a ser expulsados –como a
la postre ocurrió- de la tierra que levantaron sus abuelos en medio de una
enorme violencia. Y existía un elemento capital más: quien alimentaba esa
violencia era un islamismo radical con el apoyo del bloque soviético que
patrocinaba una supuesta liberación
mientras mantenía sojuzgado al Este de Europa. También desde sus partidos
comunistas satélites en las democracias liberales realizaba una enorme tarea de
contaminación propagandística, lanzando la típica acusación de fascistas contra
los patriotas de la Argelia francesa, muchos de los cuales había combatido a
los nazis con las armas en la mano mientras los comunistas firmaban con ellos
el Pacto Ribbentrop-Mólotov.
En una España con una raquítica libertad de expresión para las ideas tradicionalistas y donde apenas llegaba información solvente sobre los grandes ámbitos en que la Cristiandad se encontraba amenazada fueron los boletines carlistas, muchos clandestinos y otros autorizados, los que más noticias traían sobre el proceso del terrorismo mahometano en la Argelia francesa. Los comunistas dentro de España obviamente se posicionaron a favor de los mahometanos. Con la intención de dotar de una mayor visibilidad al conflicto no se dudó en realizar actos de gran simbolismo, como nombrar en un Montejurra Requeté de Honor al General Salan. Y en un ámbito más restringido muchos carlistas pusieron medios y en juego su libertad para apoyar a los patriotas franceses que combatían al yihadismo en la Argelia francesa por orden de Don Javier. Se estableció un primer contacto a través de carlistas que hablaban la lengua francesa (muchos la dominaban por el estudio de los clásicos contrarrevolucionarios franceses) con los células de combatientes que se encontraban en España. Desde el primer momento la sintonía fue absoluta. Los carlistas proporcionan amarres para las embarcaciones de pequeño calado que transportaban patriotas y material desde Argelia hasta Málaga o Alicante. En la frontera franconavarra también se realizan este tipo de acciones, el Requeté de Navarra proporcionó armas a los patriotas franceses y ayudó a cruzar clandestinamente la frontera a varios miembros de la OAS, el Requeté tenía bien controlados los pasos pirenaicos por su labor de vigilancia contra los maquis comunistas. Se llegó a imprimir desde un ciclostil clandestino de los carlistas de Pamplona propaganda de la OAS dirigida a la metrópoli.
La red de colaboradores se amplía y en ella se implica el falangista disidente y represaliado por el franquismo Narciso Perales, que por aquel entonces funda el Frente Sindicalista Revolucionario. Sin embargo, pese al confusionismo de la doctrina falangista y el propio relato biográfico que sus seguidores --los llamados falangistas auténticos o hedillistas- hacen de él, su preocupación por los temas sociales y obreros no tenía nada que ver con el progresismo, siendo Narciso Perales un ferviente y devoto católico. Esto y su profesión de médico hizo que en el punto de la colaboración con los patriotas de la Argelia francesa se entendiese perfectamente con los carlistas, entre los cuales tenía varios colegas de profesión.
Puerta de España en la Alcazaba de Orán (Argelia)
En una España con una raquítica libertad de expresión para las ideas tradicionalistas y donde apenas llegaba información solvente sobre los grandes ámbitos en que la Cristiandad se encontraba amenazada fueron los boletines carlistas, muchos clandestinos y otros autorizados, los que más noticias traían sobre el proceso del terrorismo mahometano en la Argelia francesa. Los comunistas dentro de España obviamente se posicionaron a favor de los mahometanos. Con la intención de dotar de una mayor visibilidad al conflicto no se dudó en realizar actos de gran simbolismo, como nombrar en un Montejurra Requeté de Honor al General Salan. Y en un ámbito más restringido muchos carlistas pusieron medios y en juego su libertad para apoyar a los patriotas franceses que combatían al yihadismo en la Argelia francesa por orden de Don Javier. Se estableció un primer contacto a través de carlistas que hablaban la lengua francesa (muchos la dominaban por el estudio de los clásicos contrarrevolucionarios franceses) con los células de combatientes que se encontraban en España. Desde el primer momento la sintonía fue absoluta. Los carlistas proporcionan amarres para las embarcaciones de pequeño calado que transportaban patriotas y material desde Argelia hasta Málaga o Alicante. En la frontera franconavarra también se realizan este tipo de acciones, el Requeté de Navarra proporcionó armas a los patriotas franceses y ayudó a cruzar clandestinamente la frontera a varios miembros de la OAS, el Requeté tenía bien controlados los pasos pirenaicos por su labor de vigilancia contra los maquis comunistas. Se llegó a imprimir desde un ciclostil clandestino de los carlistas de Pamplona propaganda de la OAS dirigida a la metrópoli.
La red de colaboradores se amplía y en ella se implica el falangista disidente y represaliado por el franquismo Narciso Perales, que por aquel entonces funda el Frente Sindicalista Revolucionario. Sin embargo, pese al confusionismo de la doctrina falangista y el propio relato biográfico que sus seguidores --los llamados falangistas auténticos o hedillistas- hacen de él, su preocupación por los temas sociales y obreros no tenía nada que ver con el progresismo, siendo Narciso Perales un ferviente y devoto católico. Esto y su profesión de médico hizo que en el punto de la colaboración con los patriotas de la Argelia francesa se entendiese perfectamente con los carlistas, entre los cuales tenía varios colegas de profesión.
Conforme se tensaba la situación los miembros
de la OAS reclamaban a los carlistas gestiones de mayor altura, algunas de
índole militar. El jefe delegado José María Valiente reconocía que esas
misiones sobrepasaban en ese momento histórico a la Comunión de entonces.
Paradójicamente aumentaba el nivel de comprensión por parte de los patriotas
franceses del choque civilizacional que suponía lo que se jugaba en Argelia. De
la mera reacción instintivamente defensiva ante el ataque contra la libertad y
las posesiones de los franceses se pasaba a profundizar una postura
políticamente contrarrevolucionaria. En 1962, la Editorial
Acervo, radicada en la calle Padua de Barcelona, publicaba la obra “El
Occidente en Peligro”, firmada por el doctor Lefevbre. La obra es un alegato
anticomunista escrito desde las posiciones católicas tradicionalistas que el
doctor homeópata había sostenido siempre. Reproducía además el “Manifiesto
Corporativo” de René de la Tour Du Pin como anexo, un clásico de doctrina
social y obrera tradicionalista y algunas notas sobre la “Guerra
Revolucionaria”. En esta línea tradicionalista también se sitúan los
escritos del Coronel Dufour que son reproducidos en los medios carlistas de la
época. Un año después la misma editorial Acervo inició la publicación de
una revista quincenal, titulada “Juanpérez”, de la que aparecieron unos 150
números durante cuatro años. El número 1, un redactor, entrevistaba al Coronel
Château-Jobert, último jefe de la OAS-Metro. También esta editorial publicó la obra
“El proceso al general Salan”.
El Coronel Pierre Château-Jobert, cuyo nombre de
guerra era “Conan”, de trayectoria militar heroica, no se limitó nunca a la
acción de fuerza y realizó una importante labor teorizadora que tuvo gran
influencia en los ámbitos tradicionalistas hispánicos de ambos lados del
Océano. Así sus obras “Manifiesto Político-Social”, “Confrontación
Revolución-Contrarrevolución” y “Doctrina de acción contrarrevolucionaria”
fueron editadas por la editorial rioplatense y distribuidas en España por
“Cultura y Tradición”. Hasta su muerte mantuvo la amistad con destacados
miembros de la Comunión Tradicionalista y con S.A.R. Don Sixto de Borbón.
Coronel Pierre Château-Jobert, "Capitán Conan", último jefe de la OAS-Metro
"El carlismo, siguiendo el
espíritu del más fiel tradicionalismo, se identifica con la causa de la
contrarrevolución, al punto que un carlista que no es contrarrevolucionario no
puede ser considerado como un verdadero carlista. Y, sin embargo, otros también
se dicen los "verdaderos" carlistas porque están apegados a esa
continuidad dinástica (...) además es posible que
contrarrevolucionarios potenciales, una vez formados en la contrarrevolución,
descubran en el carlismo fiel a la ideología de la tradición más pura de
Europa, el espíritu que presenta a la España tradicional como la mejor garantía
contrarrevolucionaria que poseemos los católicos" (Coronel Pierre Chateau-Jobert)
El General Salan pasó una temporada en España a principios de 1960, tras
la brutal traición de De Gaulle. Sus movimientos estaban controlados por
servicios de información españoles y franceses. Pues de hecho la política
extrapeninsular de Franco iba a ir en la línea que iniciaría De Gaulle, pasando
de la retórica imperialista de la Falange a la descolonización mundialista, el
gobierno portugués de hecho tuvo que oír en las Naciones Unidas que no habría
apoyo español a sus reivindicaciones.
El General Salan se alojaba en el hoy desaparecido Hotel Princesa, al inicio de la madrileña calle de tal nombre, cercana a la Plaza de España y actualmente está la Plaza de los Cubos. Allí mantenía un contacto continuo con los carlistas, y estos realizaban labores de contrainformación (controlaban a los que controlaban al General Salan). La necesidad de discreción o la posibilidad de responder a un intento de atentado o detención contra Salan llevó a que se trazasen medidas de protección y planes para evacuarlo con rapidez. Uno de los carlistas puso a disposición del General Salan una habitación en el hoy también desaparecido Sanatorio San Carlos, situado entre las calles Vitruvio y Jorge Manrique, propiedad de unos familiares y simpatizantes para afrontar tal eventualidad. También se habían hecho las gestiones para que pudiese salir desde una avioneta en el aeródromo de Cuatro Vientos. En un momento dado el plan tuvo que ponerse en marcha. El General Salan abandonó el Hotel Princesa por una escalera que llevaba a un patio interior. De allí fue hasta el sanatorio y desde allí, en una ambulancia fue trasladado al aeródromo. Se burlaba de ese modo una tentativa muy avanzada para limitar sus movimientos. Juzgado in absentia y condenado a muerte sin poder defenderse Don Javier lo nombró como ya señalamos Requeté de Honor en 1963. Lo que tuvo un gran valor para restablecer precisamente el honor mancillado del militar fiel a su juramento.
El General Raoul Salan, fundador de la O.A.S, Requeté de Honor en Montejurra 1963
El General Salan se alojaba en el hoy desaparecido Hotel Princesa, al inicio de la madrileña calle de tal nombre, cercana a la Plaza de España y actualmente está la Plaza de los Cubos. Allí mantenía un contacto continuo con los carlistas, y estos realizaban labores de contrainformación (controlaban a los que controlaban al General Salan). La necesidad de discreción o la posibilidad de responder a un intento de atentado o detención contra Salan llevó a que se trazasen medidas de protección y planes para evacuarlo con rapidez. Uno de los carlistas puso a disposición del General Salan una habitación en el hoy también desaparecido Sanatorio San Carlos, situado entre las calles Vitruvio y Jorge Manrique, propiedad de unos familiares y simpatizantes para afrontar tal eventualidad. También se habían hecho las gestiones para que pudiese salir desde una avioneta en el aeródromo de Cuatro Vientos. En un momento dado el plan tuvo que ponerse en marcha. El General Salan abandonó el Hotel Princesa por una escalera que llevaba a un patio interior. De allí fue hasta el sanatorio y desde allí, en una ambulancia fue trasladado al aeródromo. Se burlaba de ese modo una tentativa muy avanzada para limitar sus movimientos. Juzgado in absentia y condenado a muerte sin poder defenderse Don Javier lo nombró como ya señalamos Requeté de Honor en 1963. Lo que tuvo un gran valor para restablecer precisamente el honor mancillado del militar fiel a su juramento.
Miles de pieds-noirs fueron acogidos en España, donde agradecidos rompieron sus pasaportes franceses. Foto del referéndum de 1966
De Gaulle
aceleró la entrega de Argelia, que acogió a un buen número de carlistas exiliados tras la III Guerra Carlista, como recoge el libro "Los españoles en la Argelia francesa (1830-1914), abandonando a su suerte a los argelinos de origen
francés y español y a los argelinos mahometanos que habían colaborado con Francia (“harkis”). El FLN inició una campaña de masacres contra la
población europea de Argelia, arrasó con los vestigios de Cristiandad y con un
patrimonio cultural y religioso de valor incalculable e inició las venganzas
contra los “harkis” que no pudieron salir a tiempo el país antes de la
independencia. España acogió a miles de aquellos pieds-noirs que habían sido totalmente abandonados por Francia,
teniendo que abandonar Argelia y sus posesiones, fruto de muchos años de
trabajo. El Carlismo, dentro de sus posibilidades, prestó un gran servicio a la
Cristiandad.
Magnífica entrada, el carlismo llevando a la práctica sus principios doctrinales teóricos, no es de extrañar que militantes ligados a la OAS, acompañaran a Don Sixto durante la transición e incluso en Montejurra 76, continuando la lucha por la civilización occidental y la Cristiandad.
ResponderEliminar“La fidelidad a su gran Tradición que reanuda y su carácter de defensor magnánimo de ideas religiosas y de valores y principios morales, así de formas de cultura y de civilización opuestas a la concepción materialista de la vida(...)su misión apostólica, civilizadora, católica y aventurera, su condición de nación cristiana, occidental y mediterránea, que afirmará con máximo fervor siempre(...) solidaridad y apoyo frente a las fuerzas secretas o públicas de la Revolución internacional (...) Protección decidida a la labor apostólica y cultural en servicio a la creencia única que forjó la unidad española y forjó la Hispanidad"
(Manifestación de los Ideales Tradicionalistas)
Ciertamente, la implicación actual de SAR Don Sixto Enrique en los más recientes conflictos del Líbano, Irak, Libia o Siria son una continuación de esa implicación del carlismo en la causa de la Cristiandad y de las luchas geopolíticas en el Mediterraneo. El apoyo carlista a la lucha de la OAS, es uno de sus hitos, aunque muy poco conocidos, por lo que es de agradecer esta entrada de El Matiner.
ResponderEliminarLa Organización del Ejército Secreto (OAS) (Organisation de l'Armée Secrète en francés) nació en 1961 para luchar contra el proceso terrorista separatista en Argelia y posteriormente contra los traidores del gobierno francés. Fue una organización armada de carácter patriota que intentó frenar el proceso de la entrega de Argelia…proceso que está en el origen de muchos de los problemas que hoy sufre la región.
Hoy Don Sixto es fiel continuador de esa tradición de implicación geopolítica del carlismo en la defensa de los principios de la Civilización cristiana.