Los violentos incidentes que
tuvieron lugar este pasado 11 de marzo en Pamplona, protagonizados por forasteros radicales separatistas llegados desde fuera de Navarra, son un fiel
reflejo de muchos incidentes que han jalonado la historia de la democracia
partitocrática en Navarra. Una vez más el viejo Reyno fue atacado por la estrategia separatista del odio, con el resultado de cuatro detenidos, de ellos tres enviados a prisión por el Juez de Pamplona. Navarra otra vez atacada por "Euskadi".
Boletín de la A.J.T navarra en la transición, en respuesta a otra invasión foránea nacionalista, la llamada irónicamente "Marcha de la Libertad"
Para el mundo etarra, Navarra ha
sido una de sus grandes obsesiones, pues ha sido referente del españolismo
rocoso del carlismo, el movimiento político vasconavarro popular por excelencia
y ellos siempre han sido en Navarra minoritarios, extraños a su devenir
histórico. Por ello Navarra ha estado siempre en el centro de la estrategia
separatista e imperialista del nacionalismo (Pulsar Aquí). Frente a un “Euskadi” de
inspiración racista sabiniana y que es parte fundante del régimen del 78, el
carlismo reivindica lo auténticamente vasco y navarro, definido a través de una
tradición objetiva en los territorios históricos: católicos, forales e hispánicos.
Los actuales incidentes se parecen mucho concretamente, al intento de reventar
la concentración foralista de 1977, convocada por la Diputación Foral, encabezada por el
carlista Amadeo Marco. Entonces como actualmente grupos organizados
procedentes de Guipúzcoa llenaron las calles de Pamplona de violencia y de odio antiforal y antiespañol. Una misma estrategia de los enemigos de siempre de Navarra y de España.
Extracto
del Capítulo VII del libro «Una resistencia olvidada.Tradicionalistas mártires del terrorismo» (Ediciones Auzolan, 2017) de Víctor
Javier Ibáñez Mancebo.
(...) los actos [foralistas]
dieron comienzo el 3 de diciembre [de 1977] con una Misa en la Catedral, a la
que acudió la Diputación en pleno. Al acabar la Misa miles de navarros salieron
en manifestación hacía la Plaza del Castillo. Por las bocacalles de la misma
comenzaron los ataques de la izquierda proetarra, que quiso reventar la
concentración. Lanzando insultos contra la Diputación comenzaron a llover
piedras, tornillos y botellas causando los primeros heridos entre los
foralistas. Diario de Navarra insistía en que la Policía Armada no utilizó
material antidisturbios contra los provocadores, intentando apaciguar los
ánimos en todo momento verbalmente. Cinco policías resultaron heridos teniendo
que recibir asistencia médica. A las 13:30 comenzaron las intervenciones, tras
la difusión por megafonía del himno de las Cortes de Navarra. En medio de
constantes gritos de «Navarra sí, Euskadi no» tomó la palabra el diputado foral
Julio Asiain Gurucharri, que hizo un llamamiento a la serenidad. Posteriormente
cuando el vicepresidente, Amadeo Marco, se disponía a hacer uso de la palabra
por el paseo Sarasate apareció un nutrido grupo de proetarras cantando el Eusko
Gudariak y lanzando consignas contra la Diputación y contra Marco. Tras unos
momentos de tensión lanzó un mensaje cargado de profundo sentido jurídico,
político e histórico que corearon los más de diez mil navarros que se
concentraban en la Plaza del Castillo con gritos a favor de Navarra y de España
y contra la pretensión del gobierno central de introducir a Navarra en el ente
autonómico de Euskadi. Uno de los lemas más coreados fue «Clavero, pelmazo,
recuerda a Gamazo». Amadeo Marco terminó su intervención solicitando a los
congregados que se dispersaran pacíficamente, sin responder a las
provocaciones, como así hicieron. Sin embargo en las zonas cercanas a la
Diputación los proetarras se reagruparon y volvieron a cargar contra los
congregados. Cuatro jóvenes asistentes a la concentración fueron heridos de
arma blanca, uno de ellos, Eugenio Lecanda Garamendi, estudiante de Medicina
oriundo de Bilbao con una herida penetrante en el tórax, que revistió cierta
gravedad aunque terminó evolucionando favorablemente. (...)También fue agredido
al acabar la manifestación el colaborador de El Pensamiento Navarro Artus,
cuando un grupo proetarras lo esperaban en su domicilio. Los proetarras
quemaron dos banderas de Navarra y de España robadas de edificios de
particulares. En total se contabilizaron según Diario de Navarra (periódico que
no se mostró favorable al acto navarrista) una treintena de heridos entre los
asistentes a la manifestación. La mayoría de los provocadores se habían
desplazado desde fuera de Pamplona, identificando la policía a dos grupos de
Mondragón y Vergara asiduos en esas acciones de guerrilla urbana. Una
representación de carlistas vascongados hizo acto de presencia aquel día en
Pamplona en apoyo de la Diputación Foral.
El libro se puede solicitar a info@edicionesauzolan.net al precio de 22 €.
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