viernes, 24 de junio de 2016

Brexit: El pueblo no teme al Leviatan

BREXIT: EL PUEBLO NO TEME AL LEVIATAN

La motivación mayoritaria de los partidarios de la salida del Reino Unido de la UE ha respondido a un puro nacionalismo británico muy arraigado entre las clases populares fundamentalmente inglesas. Sin embargo los pequeños grupos tradicionalistas de las islas también han tomado partido por el Brexit por los mismos motivos por los que lleva luchando el carlismo contra la europeización de España. El propio Don Sixto Enrique de Borbón ha mantenido esa relación entre carlistas y jacobitas que tuvo su momento más acentuado durante la III Guerra Carlista. Primero por su sangre, por ser descendiente de los Estuardo por su abuelo el Duque Roberto de Parma. Y por su presencia en diversas actividades jacobitas, como la Cena de la Rosa Blanca de la Royal Stuart Society en 1989, cuando la misma era mucho más combativa y a ella pertenecían varios carlistas. La misma tuvo lugar en el Brown’s Hotel, donde en el siglo XIX se habían alojado varios miembros de la Dinastía legítima española.

El Brexit supone una gran noticia, pues demuestra que las estructuras políticas de la postmodernidad son débiles, pese a su apariencia de leviatanes. Pone de manifiesto además las contradicciones intrínsecas del paradigma democrático. Y pone a la vista muy claramente el carácter antipopular de las estructuras burocráticas de la UE. Sus principales defensores, en los oscuros centros de poder financiero de la City, demuestran que la burocracia europeísta está controlada por élites dependientes del dinero. Las cuales se abrazan con el pensamiento débil y líquido del progresismo multiculturalista. El peligro de islamización anejo a estos paradigmas ha pesado mucho en la opción mayoritaria por el Brexit.

El modo en que se produjo la integración británica en la UE hace que este golpe no haya sido lo suficientemente letal. Los carlistas llamamos al pueblo español a que se movilice para vencer al leviatán y recuperar nuestra dignidad nacional, nuestra independencia y nuestro tejido productivo. En 2005 la Comunión Tradicionalista realizó un gran esfuerzo de agitación propagandística contra el proyecto de Constitución europea, que a la larga quedó frustrado por el voto negativa de franceses (nuevamente tuvo mucho peso la acción de los tradicionalistas) y neerlandeses. Las razones de aquel NO siguen siendo plenamente actuales. Los acontecimientos demuestran que el proceso plutocrático no es irreversible, que las resistencias y reacciones nacionales son posibles y viables.
La oposición tradicionalista a la Unión Europea tiene sus razones en la perversa implantación de las estructuras europeístas y los fines que las sustentan: El avance de las organizaciones supranacionales con la voladura de las patrias y de los Estados, que a pesar de su génesis antitradicional custodian mejor la policitidad humana que los entes mundialistas. Imposición de la laicidad y el laicismo (que no son sino dos versiones de una misma ideología)  que están inscritos igualmente en el corazón de la "construcción europea". El déficit de la participación que supone la tecnocracia de las instituciones europeas, haciendo que el poder, su ejercicio y su control sea cada vez más oculto. La violación del principio de subsidiariedad que aparece en una versión desnaturalizada y administrativizada, el falso federalismo funcional que en realidad esconde un centralismo en manos de la Comisión europea, y la censura sistemática que desde diversas instituciones de la Unión se hace contra cualquier iniciativa de influencia católica. En este contexto se inscribe nuestra radical oposición al europeísmo por todo lo que tiene de vehículo de imposición del liberalismo y del capitalismo. La UE  se configura así, como un gran mercado a las órdenes de la finanza internacional, que desconoce las tradiciones y las culturas.
Acto en Madrid contra la Constitución Europea, de la Comunión Tradicionalista,  presidido por S.A.R Don Sixto Enrique de Borbón

Crónica del acto: Pulsa Aquí
Madrid, 29 enero 2005Más de 500 personas, la mayoría jóvenes, llenaron hasta la bandera el aforo del memorable acto carlista contra el europeísmo antihispánico, plutocrático y demoliberal. Las Españas frente a las tentativas de “construcción europea” basada en la coexistencia laica de pareceres, la postergación del papel político y económico de España y la persecución de la religión católica, al servicio de la masonería y los poderes ocultos.
En España  los partidos del régimen son unánimes en su cipayismo europeísta. Incluso el partido de extrema izquierda Podemos ha hecho campaña por el "sí" a la Unión Europea en Gran Bretaña, demostrando así que, como buenos trotskistas (aunque su táctica inicial haya sido espartaquista), son fieles aliados del gran capitalismo transnacional.

Sólo la Comunión Tradicionalista se ha mantenido en todo momento contraria a la Unión Europea, a la OTAN y a los demás organismos transnacionales que impiden la independencia y libertad de la Patria y hurtan la prosperidad a los españoles.

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