La Comunión Tradicionalista tiene
por miembros suyos a cuantos mantienen los principios de la monarquía
tradicional (http://carlismo.es/acerca-de/ideario-carlista/) y se proponen
defenderlos en la práctica.
No es un partido político
encaminado a ejercer influencia dentro de un sistema democrático, precisamente
porque rechaza de raíz semejante sistema.
El carlismo, a lo largo de su
dilatada historia, no ha tenido inconveniente en oponerse al sistema liberal
desde su propio interior, concurriendo a las elecciones bajo denominaciones
diversas. Pero siempre lo ha hecho dejando bien claro que su finalidad era
oponerse al orden constitucional y democrático y a las cortes liberales
dominadas por los partidos. S.M.C. Don Carlos VII, que había dado la orden de
que la Comunión concurriera a las elecciones de 1871, cuando vio que los
diputados electos intentaban actuar como tales dentro de las cortes liberales,
tuvo que aclarar con enérgicas palabras el papel que se esperaba de los
diputados y senadores carlistas en el parlamento liberal:
La cuestión parlamentaria es ésta
en resumen: ¿Es una partida carlista nuestra minoría [parlamentaria], es decir
una guerrilla avanzada que tiene la honra de estar destinada a abrir fuego?
¿Sí? Entonces hago bien en mandarla y ¡Ay del gobierno de Don Amadeo! … ¿Son
nuestros diputados procuradores del Reino? Entonces son libres, independientes;
tienen derecho a hacer lo que les dé la gana y crean lo que su conciencia les
dicta; pero con esto sólo reconocen la legalidad de las Cortes; reconocen a Don
Amadeo; reconocen su sistema y ¡Ay de España! ¡Ay de España!
Animados por ese mismo espíritu,
hemos legalizado un partido político y le hemos dado el nombre de Candidatura
Tradicionalista (CTRAD). No hemos podido registrarlo con ninguna de las
denominaciones clásicas porque ya estaban legalmente inscritas por personas que
no las emplean para nada o las emplean desnortadamente. El nombre de
Candidatura Tradicionalista, con tener el inconveniente de su novedad, aventaja
a otros porque pone de manifiesto su carácter de instrumento coyuntural.
Conviene mantener vivo este
instrumento jurídico, a pesar de que las autoridades ponen cada vez más
dificultades con su afán de control minucioso y amenazador. Por el momento, lo
emplearemos para encuadrar como simpatizantes a quienes se van dando cuenta que,
dentro del desorden reinante, el carlismo es la única tabla de salvación para
España. Al mismo tiempo lo usaremos para allegar los medios económicos que
permitan mantenerlo vivo y, en su día, cuando las circunstancias lo exijan,
desarrollar una acción de mayor envergadura. ¿Cuándo tendremos que hacer uso de
este partido? Dios lo dirá. En sus manos está el futuro de nuestra Patria que
vive en una confusión próxima al caos. Pero eso no quita, sino que más bien
supone, nuestro trabajo y entrega; y una buena manera de empezar a hacerlo es
hacerse simpatizante de la CTRAD.
Quienes quieran apoyarnos como
simpatizantes deberán comunicarlo al correo electrónico siguiente:
y recibirán la información
especialmente dedicada a ellos. Se les pedirá que ingresen una cuota anual
mínima de 20€, sin que nada les impida apoyarnos de manera más sustanciosa.
También serán incluidos en la categoría de simpatizantes, si así lo desean,
quienes pertenezcan y coticen en los círculos de la Comunión y quienes, no
estando en condiciones de hacer el ingreso mínimo, nos lo comuniquen. Cuando
sea conveniente, los simpatizantes podrán adquirir, de conformidad con los
estatutos, la categoría de afiliados a la Candidatura Tradicionalista, con
todos los derechos de participación que ello lleva anejo.
La información sobre los ingresos
se hallará en este enlace:
El MATINER CARLÍ anima a todos sus amigos y lectores, a inscribirse como simpatizantes de la CANDIDATURA TRADICIONALISTA.
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